Medicina natural, actualidad y economía

Inquietudes sobre el futuro de la economía chilena, frente al optimismo del Informe de Política Monetaria. Editorial de El Mercurio ¿Horizonte despejado?

Interesante primer editorial de El Mercurio de hoy que me ha costado rescatarlo por Internet. Lo presento al final de este artículo.

Su título muy apropiado, refleja una acertada interrogante, ¿Horizonte despejado? Junto con dar una visión optimista del futuro de Chile, basado en buenos argumentos, algunos discutibles, plantea varias inquietudes, que a mi juicio se deben tener muy presentes. Éstas son:

  1. Por qué el mercado bursátil -cuya tarea es escudriñar el horizonte económico para anticipar el futuro de los negocios- no parece tan confiado: en los últimos días el IPSA ha retrocedido a su valor de comienzos de año. Algo están viendo los mercados que la autoridad parece no tomar en cuenta.
  2. La situación de las empresas no parece tan auspiciosa. Sus utilidades el año pasado fueron decepcionantes. Sectores clave -forestal, acuícola, vitivinícola- vieron caer sus ganancias por una nociva mezcla de malos precios, alzas de costos y apreciación del peso.
  3. .La insólita acusación constitucional contra el ministro de Educación y la paralización ilegal de los puertos hacen prever un tenso clima político y laboral en la temporada electoral que comienza.
  4. En la banca y el comercio ha subido la morosidad.
  5. El alto costo de la energía ha causado estragos en muchos sectores.

El editorial se inicia con este párrafo bien especial: IpoM (Informe de Política Monetaria) exuda optimismo, pero algo están viendo los mercados que la autoridad parece no tomar en cuenta. Es interesante que se dé a entender que no sólo basta la visión de los que están preocupados de la política monetaria; hay otros aspectos importantes que deben considerarse en las políticas económicas como integrantes de una política de desarrollo, donde deben ser considerados otros aspectos. Más adelante aparece esta frase: Algo están viendo los mercados que la autoridad parece no tomar en cuenta.

Entre los juicios discutibles a mi juicio están:

La salud de la economía mundial parece afirmarse. Esto no se aprecia tan claro; las noticias últimas de Europa y de EE. UU. no son favorable

  1. La fuerte expansión del consumo en Chile, da señales de moderación y no hay indicios de un exceso de endeudamiento. Hay sectores sociales que están altamente endeudados, unido a esto la carencia de una política de fomento al ahorro. El daño que al ahorro ha ocasionado el Banco del Estado es enorme, por las decisiones que se tomaron durante el gobierno del Presidente Lagos y se han mantenido hasta ahora.
  2. La cuenta corriente externa, aunque deficitaria, no es motivo de preocupación porque hay abundante financiamiento externo. El déficit se ha ido incrementando; la experiencia histórica de Chile demuestra que esta cuenta puede deteriorarse en muy corto plazo; recordemos la experiencia de los comienzos de los años 80 con el dólar congelado por tres años en $ 39. La abundancia del financiamiento externo puede también reducirse asociado a su encarecimiento. La cuenta corriente ha estado favorecida por los altos índices de los términos de intercambio, que pueden deteriorarse en cualquier momento; ya llevamos varios días con caída del precio del cobre en los mercados internacionales. Además el conflicto portuario ha afectado más a las exportaciones que a las importaciones.
  3. La inflación -contraviniendo sus propios pronósticos- sigue por los suelos. No cabe dudas para una economía tan abierta y tan dependiente de los mercados externos, la caída del valor del dólar neutraliza cualquiera presión inflacionaria. Se suma a ello el alto endeudamiento privado que restringe la demanda. Un alza del dólar, que se puede producir a futuro, creará una fuerte presión inflacionaria.
  4. Entre los economistas empieza a tomar cuerpo la opinión de que la capacidad de crecimiento de la economía puede ser hoy superior al 5%, gracias al aumento de la inversión y la productividad. La huelga portuaria ha dado señal de que los gremios se están reforzando, se están uniendo y el aparente éxito que lograron puede generar un efecto de demostración peligroso hacia otros sectores.

El bajo valor de la divisa está comprometiendo seriamente a varios sectores productivos. Recordemos las manifestaciones de agricultores con bloqueos de caminos y la demora del Gobierno para solucionar situaciones críticas como ha sido la huelga portuaria y la aplicación de salvaguardias a las importaciones de maíz desde Argentina; recordemos además que el presidente Piñera como candidato ofreció un dólar firme y estable y lo confirmó su primer ministro de Agricultura, promesa que no se pudo cumplir.

A continuación presento el editorial que se comenta:

Editorial

Domingo 07 de abril de 2013

¿Horizonte despejado?

El IpoM exuda optimismo, pero algo están viendo los mercados que la autoridad parece no tomar en cuenta.

Aunque con la consabida prevención de que la buena racha puede cesar, el Informe de Política Monetaria dado a conocer esta semana por el Banco Central exuda optimismo. «La economía chilena, qué duda cabe, se encuentra en buen pie», asevera su presidente, Rodrigo Vergara. Pero el mercado bursátil -cuya tarea es escudriñar el horizonte económico para anticipar el futuro de los negocios- no parece tan confiado: en los últimos días el IPSA ha retrocedido a su valor de comienzos de año. Algo están viendo los mercados que la autoridad parece no tomar en cuenta.

La autoridad monetaria tiene fundamentos. La salud de la economía mundial parece afirmarse. En Chile, la fuerte expansión del consumo da señales de moderación y no hay indicios de un exceso de endeudamiento. La cuenta corriente externa, aunque deficitaria, no es motivo de preocupación porque hay abundante financiamiento externo. La inflación -contraviniendo sus propios pronósticos- sigue por los suelos. Entre los economistas empieza a tomar cuerpo la opinión de que la capacidad de crecimiento de la economía puede ser hoy superior al 5%, gracias al aumento de la inversión y la productividad.

Pero la situación de las empresas no parece tan auspiciosa. Sus utilidades el año pasado fueron decepcionantes. Sectores clave -forestal, acuícola, vitivinícola- vieron caer sus ganancias por una nociva mezcla de malos precios, alzas de costos y apreciación del peso. En la banca y el comercio ha subido la morosidad. El alto costo de la energía ha causado estragos en muchos sectores.

Aunque el 2013 puede venir mejor -de hecho, la entrada de nuevas centrales ha aliviado el costo de la energía eléctrica para los grandes consumidores-, es explicable que los mercados miren el futuro con inquietud. La insólita acusación constitucional contra el ministro de Educación y la paralización ilegal de los puertos hacen prever un tenso clima político y laboral en la temporada electoral que comienza. La reiterada propuesta opositora de elevar drásticamente los impuestos a las empresas no puede sino sembrar el pesimismo entre sus accionistas.

Hay buenas razones para mirar con confianza el porvenir económico de Chile. Pero los mercados bursátiles no parecen estar seguros de que el Gobierno y los empresarios logren de verdad los aumentos en la inversión y la productividad necesarios para sostener la rápida marcha de la economía. Haría bien el Banco Central en prestar atención a ello.

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