Medicina natural, actualidad y economía

Intervención cambiaria estimula el crecimiento. El Banco Central de Chile está entre los menos intervencionistas en el mundo emergente

Interesante artículo en La Tercera del 7 de febrero de Mauricio Rodriguez K., en él hace referencia a este tema en torno al análisis de un paper publicado por el Banco Mundial de un trabajo solicitado a los economistas argentinos Federico Sturzenegger – ex profesor visitante de Harvard y actual presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires- y Eduardo Levy-Yeyati – jefe de estudios para América Latina de Barclays Capital -,en quese plantea que la depreciación de las monedas locales en los países emergentesfortalece las economíasreales, no por aumento de las exportaciones sino por mayor ahorro e inversión.

Se incluye in extenso más adelante el artículo de Mauricio Rodríguez y se hacen comentarios al tema cambiario.

El artículo dice así

Estudio plantea que intervención cambiaria estimula el crecimiento”.

El paper de los economistas Federico Sturzenegger y Eduardo Levy-Yeyati, publicado por el Banco Mundial, valida la noción de que la actividad real se ve fortalecida por este tipo de medidas cuando logran depreciar las monedas locales, pero el canal no son las exportaciones, sino que un impulso a la tasa de ahorro y, por ende, a la inversión”.

Mauricio Rodríguez K.

Durante 2009 el grueso de las monedas en el mundo se fortalecieron respecto del dólar, en particular de las economías emergentes. Frente a ello, en varios países las autoridades decidieron tomar medidas cambiarias que al menos moderaran el debilitamiento de la moneda norteamericana. En el caso de Chile, el dólar cayó por debajo de los $ 500 entre noviembre y enero último, ante lo cual el Banco Central optó por no intervenir argumentando que en términos reales no estaba demasiado desalineado de los fundamentos.

En medio del debate que genera el tema, una investigación realizada para el Banco Mundial por dos argentinos Eduardo Levy-Yeyati – jefe de estudios para América Latina de Barclays Capital y Federico Sturzenegger – ex profesor visitante de Harvard y actual presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires-, plantea que las intervenciones cambiarias que se hacen para evitar un mayor aumento de las monedas locales tiene múltiples efectos favorables: crece la producción por trabajador, sube la tasa de ahorro nacional y se genera más inversión. En consecuencia aumenta el ritmo de crecimiento de la economía y se logra que tal impacto sea notorio, aun pasado tres años. De hecho, también se eleva la trayectoria tendencial del producto.

El trabajo, titulado “Fear of appreciation” (“Miedo a la apreciación”), analiza precisamente la preferencia de los bancos centrales y otras autoridades en la última década por intervenir en el mercado cambiario para impedir excesivas apreciaciones de las distintas divisas versus el dólar.

Sin embargo, el origen de esos resultados no es un impulso a las exportaciones que tradicionalmente supone una moneda local debilitada. “No tiene efecto en el sector externo, algo que, confieso, frustró nuestras expectativas”, dice Levy-Yeyati desde Nueva York.

En este sentido, el hallazgo más grande del paper es determinar cómo dichas intervenciones cambiarias afectan al crecimiento económico. Ambos expertos encuentran evidencias para desvirtuar la tradicional visión de que el comercio exterior es aquel catalizador.

Efecto en el ahorro

Lo que hallaronlos autores, es que intervenir para evitar una apreciación se asocia significativamente a un alza de las tasas internas de ahorro, las que seguidamente fondean la inversión de las empresas, logrando que éstas generen un mayor impulso en el crecimiento del PIB. “Parecería que, al mantener los salarios deprimidos y transferir recursos hacia sectores altos con mayor propensión al ahorro, y hacia las empresas, el efecto más visible operaría sobre el ahorro y la inversión”, explica Levy-Yeyati.

El estudio define las mencionadas intervenciones como una acumulación de reservas internacionales relativa a la cantidad de dinero en la economía. Calcula que un aumento de 10% de las reservas frente a la cantidad de dinero deriva en un 1,7% del tipo de cambio real, lo que casi se duplica en dos años. En seguida, ese mismo 10% lleva a una aceleración del crecimientote entre 0,2% y ,3% al año siguiente. Todo, a partir del impacto de las intervenciones en el ahorro: si la razón entre reservas y cantidad de dinero se duplica, el ahorro como fracción del PIB se incrementa 5 puntos porcentuales. Por su parte, la inversión crece en 2,5 puntos.

Levy-Yeyati señala que desde la publicación del paper – en 2007 – ha seguido constante este “miedo a la apreciación”: “La acumulación de reservas para frenar la apreciación cambiaria se aceleró hasta que el pánico tras la quiebra de Lehman Bros, generó una reversión de capitales hacía el dólar y el yen. En la corrida de fines de 2008 e inicios de 2009 las economías emergentes vendieron reservas agresivamente y, desde marzo, cuando los mercados financieros empezaron a recuperarse, comenzaron a recomprarlas para frenar la apreciación, complementando en algunos casos la intervención con controles a la entrada de capitales”, da cuenta el economista.

Respecto de Chile, manifiesta que “se aúnan la política cambiaria y la fiscal. El ahorro a través de un fondo contracíclico, le prestó al gobierno una herramienta inusual de intervención cambiaria, permitiendo sustituir la acción de un Banco Central que está entre los menos intervencionistas en el mundo emergente”.

Así termina el artículo.

Comentarios:

  1. Interesante que el Banco Mundial se haya preocupado por el tema y contratado a estos economistas y que además haya dado publicidad a este documento (paper).
  2. Parece conveniente tener presente que el estudio se centraría en países emergentes que han tenido una política cambiaria dejada en libertad, para que el mercado establezca las tasas cambiariasresultantes.
  3. Esta política en varios países habría originado una apreciación preocupante de su moneda local lo que habría forzado a que sus bancos centrales intervengan en el mercado comprando divisas y a su vez vendiendo si la moneda local se ha depreciado demasiado. Se podría decir que se entró en una especie de banda de precios, no anunciada, pero forzada por las circunstancias inesperadas que se produjeron en los mercados monetarios y financieros. Queda clara la necesidad de intervención frente a la crisis financiera de 2008 iniciada por la quiebra de Lehmon Bros.
  4. Interesante la conclusión a que llegan estos economistas sobre el crecimiento económico generado por estas intervenciones, no a partir de favorecer exportaciones sino que de mejorar ingresos y utilidades de empresas exportadoras, que no benefician a los salarios y que quedarían como ahorro de estas empresas y como ingresos adicionales a sectores de altos ingresos con mayor propensión al ahorro. Con ello se favorecería a su vez las inversiones. Nada se menciona sobre el efecto de estas intervenciones cambiarias en las importaciones.
  5. Parece comprensible que intervenciones ocasionales de los bancos centrales, que podrían considerarse de emergencia, no se hayan reflejado en aumento de exportaciones. Es probable que se produzca más fácilmente una reducción de importaciones en el corto plazo.
  6. En el estudio y análisis al parecer no se habría incluido China, con una política cambiaria distinta, de valor fijo para el dólar, manteniendo un alto valor de la divisa (o moneda nacional depreciada con relación a un comercio exterior de equilibrios) que ha sido uno de los factores más importantes del elevado y sostenido crecimiento de la economía china y de la generación de sus elevados excedentes de divisas junto a un estímulo al ahorro nacional.
  7. Impacta que nuestro Banco Central no haya intervenido, siendo al parecer uno de los menos intervencionistas, en circunstancias en que posiblemente se justificaría más su presencia que en otros por los anormalmente altos precios del cobre y el peso de estas exportaciones en la balanza comercial. Se da a entender que algo apoyó la política fiscal con su ahorro en divisas, pero que como sabemos cuando tuvo que enfrentar altos gastos sociales debió liquidar divisas para obtener moneda nacional lo que contribuyó a la baja del dólar (apreciación de nuestra moneda). También cabe recordar que el Banco Central compró divisas para aumentar reservas pero no para sostener el dólar, aunque esta política implícitamente lo hizo. Presidentes de nuestro Banco Central han considerado siempre como muy conveniente la no intervención en el valor de la divisa, y
  8. Es probable que esta política cambie con el nuevo gobierno. Uno de sus economistas hace poco tiempo destacó la importancia de una divisa alta y firme, lo que sin duda fortalecería nuestro crecimiento y especialmente ayudaría a generar mayor empleo, que está entre sus grandes objetivos.

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