Medicina natural, actualidad y economía

La errada política cambiaria hace sentir nuevamente sus dañinos efectos. Dejará una profunda huella negativa en la economía y en la sociedad chilena

A mi juicio la errada política cambiaria del último gobierno de la Concertación, ha generado un profundo daño en la economía nacional y que se proyecta en un perjuicio que no sólo afecta en lo económico sino que también en lo social.

Se comenta brevemente más adelante publicación del Banco Mundial de paper de dos economistas en que se plantea que intervención cambiaria estimula el crecimiento y que el Banco Central chileno está entre los menos intervencionistas del mundo emergente.

El dólar en Chile cayó el último período especialmente por los altos precios del cobre, ello ha afectado seriamente a la producción nacional de rubros empleadores de mano de obra entre ellos a las PYMES, tanto por las dificultades para exportar como por la competencia de los productos importados sustitutivos de producciones nacionales. No sólo ha habido caída sino que también acompañada de marcadas inestabilidades. Además ha alterado el IPC, llegando a valores negativos (deflación), prácticamente desconocidos en Chile y ha contribuido a deteriorar el mercado del trabajo con altos índices de desempleo, a pesar del incremento de las actividades económicas informales y de los esfuerzos gubernamentales por crear empleos.

No es fácil calcular las inversiones que han dejado de hacerse en actividades fuertes generadoras de empleos, como ha sido en la agricultura de exportación, especialmente en la fruticultura, rubro en el cual el país tiene claras ventajas comparativas y competitivas. También esto ha dañado a otras actividades como la producción láctea por la competencia de productos importados y por las dificultades para exportar derivados con mayor valor agregado.

La baja tasa cambiaría junto a los altos precios de los commodities de exportación, están favoreciendo el crecimiento económico en la generación de materias primas, especialmente de sectores no renovables, recursos que se van agotando, a costa de sacrificar producciones de sólida base productiva y gran generadoras de empleos.

En los últimos meses hemos visto la caída del dólar a los $480, para en un par de semanas ascender a los $540, aumentos del orden de un 12%; nuevos valores que de mantenerse generarán sensibles presiones inflacionarias, como ya se están captando en el precio de los combustibles.

Tengamos presente que Chile por una parte es uno de los países más abiertos al comercio exterior,- con bajos o nulos aranceles esto último derivados del alto número de acuerdos bilaterales de libre comercio- y por otra parte tiene una alta proporción de su producto que se coloca en los mercados externos y a su vez, parte significativa de los bienes que se utilizan son de los denominados transables (internacionalmente), por lo que sus precios están dependiendo estrechamente del valor de la divisa.

Llama la atención lo poco acertados que han sido los pronósticos de los expertos sobre el valor de la divisa y cómo éste está dependiendo sensiblemente de medidas como un ligero cambio de tratamiento a las AFPs o por estornudos en la economía de China o por riesgos de pequeños cambios en sus políticas económicas.

Nuestra economía está pareciendo cada vez más dependiente de esa economía oriental, país que  estaría llegando a ser la segunda potencia económica mundial, desplazando a un Japón con serios problemas económicos y distanciándose de otras potencias de la Unión Europea con bajo o nulo crecimiento. Por otra parte China estaría entrando en conflictos con EE.UU. en varios frentes, tales como en los temas de derechos humanos(Tíbet y Dalai Lama), asuntos medioambientales, políticas cambiarias e incluso en el comercio internacional de armas(caso de ventas estadounidenses a Taiwán).

Además la mala política cambiaria chilena, más bien la ausencia de ella, favorece las inestabilidades, las especulaciones e incluso posiblemente el uso de información privilegiada.

Un interesante y posible polémico estudio de dos economistas, Federico Sturzenegger y Eduardo Levy-Yeyati, publicado por el Banco Mundial, es informado y comentado en el artículo de Mauricio Rodríguez K. publicado en La Tercera del 7 de febrero.

Éste se titula: “Estudio plantea que intervención cambiaria estimula el crecimiento”.

En otro artículo pretendo analizar más este tema, pero me parece conveniente por ahora decir algo más.

Después del título del artículo de La Tercera viene el siguiente párrafo:

El paper de los economistas Federico Sturzenegger y Eduardo Levy-Yeyati, publicado por el Banco Mundial, valida la noción de que la actividad real se ve fortalecida por este tipo de medidas cuando logran depreciar las monedas locales, pero el canal no son las exportaciones, sino que un impulso a la tasa de ahorro y, por ende, a la inversión”.

Parece que el estudio de estos dos economistas no han considerado a China, que con su política cambiaria de una divisa alta y estable, ha contribuido a un crecimiento económico a tasas altísimas, como también se ha defendido de las importaciones que puedan dañar producciones para su mercado interno, en fuerte expansión.

También aparece en forma destacada  lo siguiente: Levy-Yeyati señala que el Banco Central chileno está entre los menos intervencionistas del mundo emergente”.

Además el artículo de este diario presenta un gráfico sobre la “Evolución del tipo de cambio nominal en pesos por dólares por meses para los años 2008, 2009 y 2010, con febrero incompleto. Impresiona el gráfico con un valor mínimo del orden de los $ 450 en marzo y abril de 2008, para iniciar un ascenso casi permanente hasta llegar cerca de los $ 700 en noviembre del mismo año, para que después se inicie un descenso también casi permanente hasta enero del 2010 en que llega a unos $ 480, para posteriormente ascender a febrero a cerca de los $ 540.

Es realmente increíble lo sucedido, pero las autoridades del autónomo Banco Central, con la complacencia del Ministerio de Hacienda tan apreciado por la opinión pública “se sienten orgullosos de su acertada y cómoda política de no intervención”.

Ahora posiblemente el Banco Central va a tener que enfrentar fuertes presiones inflacionarias, las que al mismo, sin desearlo ha contribuido a crearlas. La deflación pasada seguramente se transformará en una fuerte inflación, que es el tema que a ellos más les preocupa.

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