Medicina natural, actualidad y economía

La economía mundial se ve seriamente afectada por la crisis europea, a la que no se le ve una fácil solución, ni próxima. España, gran víctima

La situación de España es realmente dramática. También lo es la de Grecia y en parte las de Italia y Portugal.

Europa en su conjunto está mostrando que ingresa a una recesión, la que se asocia a un alarmante desempleo juvenil que se agudiza.

Tengo la impresión de que falta un profundo diagnóstico sobre las causas que han conducido a esta situación europea y en especial a lo que ha sucedido en los países más afectados.

Es posible que la causa principal sea la globalización, que muy bien la han sabido aprovechar otras economías, como China, con modelos de desarrollo muy distintos.

Más adelante amplío estos temas. Me refiero especialmente al alto desempleo, especialmente en la juventud.

En mi opinión uno de los factores causales importante de las crisis que afectan a parte importante del mundo es el crecimiento impresionante de China que ha sabido aprovechar muy bien la globalización. Ha descansado en ella para tener un crecimiento económico tan alto y persistente, invadiendo a los mercados mundiales con sus exportaciones industriales, especialmente manufactureras. Ha llevado una muy hábil política cambiaria de estímulo a sus exportaciones con alto valor agregado y se ha protegido de importaciones competitivas sustitutivas de producciones nacionales.

Esa política cambiaria le ha permitido tener altos excedentes en su balanza comercial y en su cuenta corriente de la balanza de pagos. Acumula así enormes reservas que las destina en parte a créditos externos y a inversiones directas en el exterior.

Este estilo de desarrollo le origina crecimiento en el empleo de ingresos más altos y la expansión de una demanda interna que también constituye un estímulo a la producción nacional y a tener un camino para ampliar el mercado a sus producciones en expansión, si los mercados externos se debilitan.

El éxito de su economía le da un apoyo político importante a sus gobernantes, los que han ido siendo reemplazados por nuevos dirigentes que presagian gran capacidad para gobernar.

Se menciona que ya al año 2016, China será la primera potencia económica mundial pero en un proceso de continuación a altas tasas de expansión económica mientras el resto de las grandes potencias mundiales muestran bajos crecimientos e inclusos decrecimientos. Europa está en una suave recesión, con grandes disparidades internas. Estados Unidos crece muy poco. Japón también está en situación similar; con tendencia a suave recesión.

China no sólo acrecienta su producto nacional, sino que cada día tiene más poder político internacional e incluso ha desarrollado un poder militar.

España acusa un desempleo creciente de más de 25%, los desempleados superan a 5 millones de personas, masa humana que presiona sobre el Gobierno, sobre el Ejecutivo, que se mantiene firme en un esfuerzo de ajuste comprometido con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI.

La estrategia del ajuste no parece ser solución rápida, por el contrario, posiblemente agudice su recesión económica y sus altísimos niveles de desempleo.

La crisis no es sólo de carácter financiero, sino que va mucho más allá; golpea a la economía en un amplio espectro y sobre todo genera una erosión social que es inmensa. No es fácil apreciar el daño que se está generando en esa enorme masa de desempleados y en esa juventud, que debiera ser el gran capital humano del futuro.

Recientemente el país enfrentó un paro nacional de alta convocatoria, pero a pesar de ello su ministro de Economía, Luis de Guindos, declara que éste «Es el único camino para salir de la crisis y garantizar el Estado de Bienestar”.

La crisis bancaria parece superada con la ayuda de los organismos financieros europeos a costa de seguir esta fría e inhumana estrategia neoliberal monetarista que tanto daña a su población, a gran parte de su sociedad.

La recesión económica y el desempleo creciente, hacen disminuir los ingresos fiscales y agudizar la crisis.

Por otra parte el gobierno debe enfrentar otras demandas sociales, como las derivadas del problema de miles de deudores habitacionales amenazados de perder sus viviendas por la morosidad en sus créditos hipotecarios. Repercusión ha tenido un par de casos de suicidios de personas que iban a ser lanzadas de sus vivienda; la desesperación de perder su vivienda y en la ruina no tener dónde ir a vivir, conduce a reacciones suicidas.

El Gobierno ha tenido que negociar con la oposición un proyecto de ley para evitar estos desalojos inmediatos, basado en una moratoria de dos años para las familias que deben enfrentar el desalojo. ¿No será una iniciativa que sólo alarga una agonía?

La crisis inmobiliaria estalló en 2008; a partir de ella se han generado más de 170 mil lanzamientos y las órdenes de ejecución pendiente más que duplicarían esa cantidad.

La dictación de esta ley puede dar una señal negativa para los millones de personas que con grandes sacrificios están cumpliendo con sus compromisos hipotecarios. La moratoria generalizada puede agravar la situación bancaria financiera, la que parecía en parte superada.

El Presidente Rajoy declaró el día del paro que: «se están sentando las bases para la recuperación económica, aunque ésta todavía no se ha producido. Creemos que en el año 2014 España ya va a tener crecimiento económico, y que 2013 va a ser mejor que el año 2012″.

Pero la realidad parece ser distinta, desesperanzadora. El ente de estadísticas de la Unión Europea ha informado recientemente que la Eurozona está técnicamente en recesión, que es la segunda desde el 2009; podría terminar este año con una caída del 0,4% del PIB.

Las estadísticas económicas parecen señalar que la recuperación europea será más lenta de lo que se había previsto. El año 2013 sería de estancamiento europeo y sólo el 2014 podría iniciarse una lenta recuperación. Pero esto es para la zona en su conjunto. Es posible estimar que la crisis en los países más afectados se siga agudizando con el aumento del desempleo, especialmente con el despido de empleados públicos.

Las últimas cifras señalan que para el tercer trimestre España decreció en 0,3%, Italia en 0,2% y llama la atención que Holanda descendió en un 1,1%, país que había sido considerada una de las economías fuerte de la región. Mientras Bélgica se mantuvo estable y Francia y Alemania crecieron sólo en un 0,2%.

Sin duda que los casos de Francia y Alemania son muy diferentes; en esos países no se ha hecho presente la crisis del alto desempleo y han sido en cierto modo los sostenedores de la Eurozona. Preocupante es que Alemania, considerada el motor de la Eurozona, mostrara una reducción de su tasa de crecimiento y se vislumbra que en el cuarto trimestre su economía retrocedería ligeramente.

Como antecedente positivo aparece el aumento de las exportaciones de las 17 naciones del euro. La desvalorización de esta moneda podría haber contribuido a este resultado esperanzador.

En lo positivo destaca el crecimiento francés, algo mayor a lo esperado. El Presidente Holland ha sido contrario a las medidas de austeridad y ajuste, si éstas no van acompañadas de un impulso al crecimiento. Ha tomado medidas contrarias a las recomendaciones monetaristas y neoliberales; ha subido impuestos, revirtió en parte el alza de la edad de jubilar y aumentó el salario mínimo. Puede suponerse que este distinto enfoque, más keynesiano o estructuralista, podría estar generando este efecto positivo; es un supuesto que no puede considerarse muy sólido, pero merece un análisis y un seguimiento.

Se afirma que la economía francesa sufre de una baja competitividad derivada de: altos impuestos, de la inflexibilidad del mercado laboral, altos costos de la seguridad social, una elevada deuda pública, junto a un alto gasto fiscal.

El Presidente francés ha anunciado recientemente que adoptará políticas para rebajar leyes sociales y flexibilizar el mercado laboral, pero no ha dicho cuándo lo hará. The Economist plantea que si no lo hace luego, además de afectar a la economía nacional, podría comprometer el futuro del euro.

Preocupa a muchos la situación de los jóvenes de Europa

En Europa se continúa luchando contra la crisis fiscal y la recesión económica mediante el ajuste de las cuentas públicas y el financiamiento de los bancos. Se descansa principalmente en ajustes financieros pero no en medidas que contribuyan a aumentar la producción y el empleo.

Desgraciadamente el desempleo juvenil continúa creciendo; en septiembre llegó a 22,8% más del doble de la desocupación total (10,8%). Recordemos que en España la desocupación juvenil ha llegado a superar el 50%.

Ese porcentaje se traduce en que 5,5 millones de jóvenes europeos en edad y con deseos de trabajar, no logran ingresar al mercado laboral o han perdido sus puestos a consecuencia de la crisis. A ellos se suman otros 8,5 millones de jóvenes que se han marginado de la fuerza de trabajo y del sistema educacional; juventud que no aparece con deseos de trabajar o no lo manifiesta por la desesperanza en tener éxito buscando trabajo.

En total, se estima que en Europa hay unos 14 millones de jóvenes que no trabajan, no estudian, ni participan en ningún programa de capacitación. En su mayoría dependen de subsidios estatales y de la ayuda familiar. Se presagia para ellos una vida laboral futura irregular, con remuneraciones inferiores a las de sus padres y futuras más bajas pensiones. Estas tristes realidades son promedios para Europa, pero mucho más graves para la juventud de España y otras naciones en crisis.

Las estrategias establecidas parecen no solucionar la gravedad del problema; la mayoría de las familias se van empobreciendo para sobrevivir, lo que agudiza más a futuro esta grave realidad actual si no se logra mejorar las tasas de empleo, que a lo menos en el corto plazo parece imposible de lograrlo. Toda esta realidad seguramente repercute en la salud de la población, especialmente en la mental.

Cabe esperar que puedan desarrollarse otras estrategias de desarrollo que descansen en crear empleos, aunque sean con bajas remuneraciones que se asocien a la capacitación de esta potencial fuerza de trabajo futuro. Posiblemente se requieran hacer programas que conduzcan a generar empleos masivos en actividades de inversión; transformar el desempleo y la cesantía en fuentes de generación de inversiones, en riqueza nacional.

Pero quien será capaz de desarrollar estrategias de esa naturaleza. Podrán aparecer nuevos enfoques económicos que con grandes estadistas permitan sacar a estas sociedades de los paupérrimos estados en que se encuentran, cayendo día a día en situaciones peores.

Las desigualdades entre países parecen agudizarse y con el uso de la moneda única se impide disponer de una política cambiaria, que se ha demostrado tan útil para salir de las crisis a otros paìses. Cabe preguntarse si no será la solución para los que están en peor situación, salirse del área del euro.

Preocupante es observar como capitales españoles se reparten en el mundo y como al parecer está emigrando fuerza de trabajo, posiblemente la más capacitada y con más iniciativas a países que les ofrecen oportunidades de trabajo.

Pienso que la zona del euro está en un callejón sin salida, si se presentan proposiciones de solución sólo con las herramientas neoliberales monetaristas.

 

 

 

 

 

 

 

Lunes 19 de Noviembre de 2012 Edit El merc
Huelgas, protestas y crisis europea

El desempleo de más del 25% -sobre cinco millones de personas- ejerce poderosa presión sobre el Ejecutivo que, sin embargo, mantiene firme el timón del ajuste que se comprometió a hacer ante la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Pese a la compleja situación, España se resiste a pedir un rescate financiero al BCE (ya recibió uno para capitalizar a la banca), que el gobierno ha dicho solicitará sólo cuando lo necesite. La duda es si será este año o el próximo.

El paro general tuvo alta convocatoria (se dice que incluso mayor que la huelga contra la reforma laboral de marzo del año pasado), pero los responsables de la política económica, al tiempo que reconocen la legitimidad de las manifestaciones callejeras, dicen que no cambiarán el rumbo. «Es el único camino para salir de la crisis y garantizar el Estado de Bienestar», afirmó el ministro de Economía, Luis de Guindos. Así se respondió a una de las principales demandas de las protestas: un plebiscito sobre el plan de gobierno, que, alegaban, es distinto al programa electoral del Presidente Rajoy.

El gobierno no es sordo a otras demandas sociales, como el problema de miles de deudores habitacionales amenazados de perder sus viviendas por la morosidad en sus créditos hipotecarios. Han tenido gran repercusión dos casos de suicidio de personas que iban a ser desalojadas. El gobierno ha estado negociando con la oposición un proyecto de ley para dar una solución, y se anunció una moratoria de dos años para familias vulnerables.

Desde que estalló la crisis inmobiliaria, en 2008, se han producido más de 170 mil desalojos y existen unas 350 mil órdenes de ejecución. Al dictar esa ley, el gobierno deberá ser muy cuidadoso, para evitar enviar una mala señal a los millones de personas que cumplen con sus compromisos hipotecarios.

 

España, convaleciente

En una entrevista publicada por este diario el día del paro en España, el Presidente Rajoy aseguró que «se están sentando las bases para la recuperación económica, aunque ésta todavía no se ha producido. Creemos que en el año 2014 España ya va a tener crecimiento económico, y que 2013 va a ser mejor que el año 2012».

Ese pronóstico está en línea con las últimas cifras entregadas por Eurostat, el ente de estadísticas de la Unión Europea, que el jueves informó que la Eurozona está técnicamente en recesión, la segunda desde 2009, y podría terminar el año con una caída del 0,4% del PIB. Las estimaciones indican que la recuperación resultará más lenta que lo previsto, que 2013 será un año de estancamiento, y recién en 2014 podría comenzar un repunte. Según dicho organismo, el crecimiento de España cayó 0,3% en el tercer trimestre de este año, mientras el de Italia se redujo en 0,2% y el de Holanda disminuyó 1,1%. Bélgica se mantuvo en el mismo rango del trimestre anterior, y Francia y Alemania crecieron apenas 0,2%.

El informe destaca el aumento de las exportaciones de las 17 economías del euro, uno de los signos positivos en medio de la recesión.

Lo preocupante de este reporte, según los analistas, es que Alemania, considerada el motor económico de la UE, tuvo una reducción de una décima de su crecimiento, lo que para algunos presagia que el cuarto trimestre podría tener un signo negativo. También asombró el caso de Holanda, considerada una de las economías «fuertes» de la zona, porque muestra estar sufriendo un contagio.

Francia, en la mira

La sorpresa positiva de las cifras entregadas por la Eurostat fue el crecimiento de Francia, algo mayor que lo esperado, dada su debilitada economía. Desde que asumió el Presidente François Hollande, férreamente opuesto a las medidas de austeridad y ajuste si no van acompañadas de un amplio impulso al crecimiento, las miradas han estado puestas en su política económica.

La economía francesa sufre de una baja competitividad -por los altos impuestos, la inflexibilidad del mercado laboral, los altos costos de seguridad social-, que se suma a una elevada deuda pública (90% del PIB) y un excesivo gasto fiscal, que consume el 56% del PIB.

Hollande parece resistirse a aplicar la medicina con rapidez, pese a que -se dice- un gobierno de izquierda tiene más posibilidades de hacer las necesarias reformas dolorosas que uno de derecha o centroderecha, por su mejor llegada con los sindicatos. Hasta ahora, Hollande ha subido impuestos, revirtió en parte el alza de la edad de jubilar y aumentó el salario mínimo -medidas todas en contra de lo recomendado-. Recientemente, ha anunciado que adoptará políticas en el sentido correcto, como rebajar leyes sociales y flexibilizar el mercado laboral, pero no se sabe cuándo. Tendrá que hacerlo pronto, para evitar un escenario en el que, como plantea The Economist, podría estar en juego no sólo la economía francesa, sino el futuro del euro.

 

Viernes 23 de Noviembre de 2012
Jóvenes en Europa, amarga advertencia
Los líderes europeos continúan batallando contra la crisis fiscal y recesión, pero mientras los esfuerzos siguen comprensiblemente enfocados en ajustar las cuentas públicas y financiar a los bancos, recientes cifras revelan una realidad amarga y en extremo preocupante: la tasa de desempleo juvenil sigue creciendo. En septiembre alcanzó a 22,8%, más del doble de la desocupación total (10,8%). Ese porcentaje significa 5,5 millones de jóvenes en edad y con deseos de trabajar, pero que no logran ingresar al mercado laboral o han perdido sus puestos a consecuencia de la crisis. Un tercio de ellos son cesantes -esto es, tienen más de un año desempleados-. A ellos se suman otros 8,5 millones de jóvenes, también entre 15 y 29 años, que no sólo se mantienen fuera de la fuerza de trabajo, sino también del sistema educacional.

En total, en Europa hay unos 14 millones de jóvenes que no trabajan, no estudian, ni participan en ningún programa de capacitación. En la mayoría de los casos dependen de los subsidios estatales y la ayuda familiar. Según estudios de la misma Unión Europea, se exponen a una vida laboral irregular, con salarios menores que los de sus padres y, más tarde, bajas pensiones.

Las cifras de jóvenes desocupados no eran tan alarmantemente altas antes de la crisis, pero ésta no es la única causa de su aumento. La recesión no ha hecho sino revelar las deficiencias -antes disimuladas por la bonanza- de mercados laborales rígidos, en los que el costo de contratar es demasiado alto para las pequeñas empresas.

Asimismo, y no menos grave, pone en evidencia a un sistema educacional que no responde a las necesidades del sector privado ni a las aspiraciones de los jóvenes. Un ejemplo claro es España, donde las autoridades reconocen que la burbuja inmobiliaria absorbió a miles de jóvenes que ni siquiera habían terminado la educación secundaria. Al igual que en otros países, los atractivos salarios de las épocas de prosperidad empujaron a muchos españoles a abandonar las aulas y concentrarse en empleos sin proyección profesional. Se calcula que apenas el 30% de los jóvenes desempleados españoles está capacitado para reincorporarse al mercado laboral.

Estos datos deberían ser considerados en Chile. Las fuertes cifras de crecimiento y el bajo desempleo total (6,5%) hacen fácil olvidar que la tasa de desempleo juvenil en Chile es de 16%. Es ésta una realidad que los múltiples programas de sucesivos gobiernos no han logrado solucionar. Chile podría aprovechar los actuales momentos de bonanza para realizar reformas ampliamente debatidas -y postergadas- para que el sistema educacional y de capacitación se vincule más cercanamente con las necesidades de las empresas, de modo que el mercado laboral pueda responder mejor en momentos de crisis, que cíclicamente se presentan.

Europa arriesga décadas de alto desempleo y baja productividad. Chile está a tiempo de evitar un camino similar.

 

 

 

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