Medicina natural, actualidad y economía

La tasa de natalidad ha descendido en forma preocupante. El tema necesita una Política de Estado. Extraña la proposición de un bono de $100.000 para aumentar la natalidad en Chile. Declaración de la presidenta del Colegio de Matronas

Desgraciadamente en Chile no disponemos de una verdadera Oficina Nacional de Planificación o Ministerio de Planificación Nacional. Una de sus tareas debería ser su preocupación permanentemente por un diagnóstico continuo de la evolución del país, de detectar sus problemas más importantes y conocer sus causas o factores condicionantes. Estar preocupado de prender luces de alarma. El caso de la energía eléctrica y éste de la natalidad podrían ser algunos de ellos. Tengamos sí presente que su tarea no debe ser sólo hacer diagnósticos.

Este diagnostico debiera ser en torno tanto a lo económico como a lo social y dentro de esto a lo demográfico.

El último censo poblacional nos hace prender una luz de alarma. Puede pensarse que ha tenido errores y especialmente omisiones, que puedan darnos algunos indicadores errados, pero quizás éstos no estén en lo que a natalidad se trate.

La baja tasa de natalidad se ve asociada a que cada vez tenemos un porcentaje de nacimientos fuera del matrimonio. Cabría preguntarse si existe un porcentaje importante de embarazos involuntarios; quizás la tasa de natalidad podría aun ser potencialmente más baja.

Ya el tema de la baja natalidad parece constituir un problema preocupante. Nuestra población estaría próxima a entrar en una tasa de decrecimiento, lo que va asociado a una perjudicial composición etárea.

A continuación se analiza más el tema y se termina con un artículo de la prensa en que se comenta una declaración de la presidenta del Colegio de Matronas.

Se supone que los especialistas podrían llegar a considerar cuál debiera ser la tasa conveniente de natalidad e incluso a plantear sobre las edades más convenientes de maternidad.

Conocido lo que podríamos considerar una imagen o situación deseada o imagen que se persigue (imagen objetivo), tener serios estudios para saber las causa de esta negativa evolución y buscar medidas que pudieran conducir a lo deseado.

Las experiencias internacionales pueden ser muy convenientes, pero sin duda que no las únicas. Podrían plantearse por ejemplos encuestas investigativas a personas de diferentes edades sobre el número de hijos que han tenido y sus razones o por ejemplo por qué matrimonios tuvieron un hijo, dos hijos o tres hijos, incluso más. A las familias jóvenes, por qué no quieren tener más hijos. A las que tienen dos, por qué no quieren tener un tercero.

Estoy seguro que de una investigación seria no aparecería que dar un bono de cien mil pesos por el tercer hijo pueda tener un efecto importante. Posiblemente una hipótesis de esta naturaleza tendría un mayoritario retraso, quizás hasta ofendería la consulta a muchas madres.

Podrían plantearse otras iniciativas hipotéticas: Por ejemplo en el pasado, en la antigua democracia, llegamos a tener en forma indiscriminada una importante asignación familiar, que cada año aumentaba en su valor real. Se otorgaba incluso para los hijos mayores que estuviesen estudiando.

Probablemente eso ayudó a una mayor natalidad, por lo menos en algunos estratos de la población. Recuerdo que al inicio del Gobierno Militar se buscó eliminar la asignación familiar; se hizo una campaña para que se renunciara a ella. Al parecer muy pocos lo hicieron y entiendo que fueron algunos funcionarios directivos del Gobierno que lo hicieron públicamente.

Se decía como argumento que esta asignación alentaba el ocio, que muchos tenían alto número de hijos y vivían sin trabajar, a costa de lo que recibían por asignación familiar; es extraño que el Gobierno Militar apoyase esa medida neoliberal ya que se podía considerar contraria a objetivos geopolíticos. Si fuese acertada esa afirmación de alentar el ocio a base de más hijos, una de las causas de la reducción de la natalidad habría sido la casi total desaparición de estas asignaciones.

Siguiendo la política de llegar a hacer desaparecer la asignación familiar, ésta se congeló en su monto. Recuerdo que en el INTA (Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile), se hizo un estudio y se vio que en pocos años la capacidad de compra de esta asignación medida en adquisición de pan, se redujo a un 10%. Posteriormente se estableció que los que obtuviesen una renta superior a un determinado nivel, dejaban de percibirla; para los de ingreso inferior se establecieron dos montos. El mayor para los de ingresos más bajos.

Paralelamente a nuestra innovadora política de asignación familiar, Francia frente a la reducción de su natalidad tomaba una serie de medidas y entre éstas estaba una asignación mayor cuando la familia tenía más hijos. Seguramente hay una riqueza de experiencia de políticas en países desarrollados para evitar la reducción de su población.

En mi opinión esta medida de política sobre la asignación familiar originó un gran daño a nuestra sociedad, a la integración de la familia. He comentado este tema en un artículo anterior en que critico algunos tipos de focalización. También he escrito anteriormente sobre esta materia, que incluso favorecía al adulto mayor, a los abuelos dependientes.

Irónicamente el candidato a la Presidencia de la República, Marco Enríquez Ominami´(MEO), alaba a este bono de los $100.000 por el tercer hijo, porque éste se otorga indiscriminadamente, sin el criterio de focalización.

Si uno analiza el pasado, para muchos hogares la educación no era un problema importante en cuanto a su financiamiento. La escuela pública chilena dependiente de un maduro Ministerio de Educación llegó a ofrecer una buena educación gratuita a familias de todo el territorio nacional. El liceo fiscal igualmente, como también la universidad estatal, entregaba educación gratuita.

Pienso que un factor muy importante para una menor natalidad es el económico. La aspiración de muchos padres es la de que sus hijos lleguen a la Universidad. Los altos costos actuales de ella, sin duda son una causa de la responsable decisión de tener menos hijos. Conozco muy de cerca el caso en que la madre ha querido tener un hijo más, el tercero y el padre no, ya que con los dos que tienen en el colegio, que aún no llegan a la anhelada universidad, se le va la mitad de su sueldo. Estoy cierto que más hijos se tendrían con una buena asignación familiar y con una buena educación gratuita cerca de su lugar de residencia.

Beneficio generalizado de salas cuna como también de la educación preescolar, podrían tener efectos positivos en la natalidad

En la educación chilena antigua se veía favorecida, con la dignificación del maestro, las famosas escuelas normales ubicadas en distintas partes del territorio contribuían a una buena formación de un profesor con vocación de maestro; ello se fue perdiendo lamentablemente. Recordemos sólo un caso de trato alprofesorado, el incumplimiento discriminatorio del pago de la deuda histórica, tema que ya ha llegado a un tribunal internacional.

La municipalización de la educación pública ha sido nefasta.

La alta proporción de madres que no trabajaban fuera del hogar, era sin duda importante para una más alta natalidad. Eso sabemos que ha cambiado.

Una política que nos conduzca a mejorar nuestra natalidad, requiere de los resultados de un investigación profunda, que debe hacerse. En ella debe incluirse la experiencia internacional.

En torno a este tema se han ido conociendo políticas en otros países. Conocí el sistema de Croacia. Toda la educación gratuita, con distintas etapas de evaluación individual y los mejores valorados ascendían a los niveles superiores y los otros iban siendo desviados a otras formaciones de acuerdo a sus aptitudes y vocaciones. Desde luego eso asociado a no grandes diferencias de ingresos en las distintas formaciones profesionales y técnicas, lo que sin duda conducía a una vida de mayor agrado. Si esas sendas permiten más adelante ascender a niveles superiores frente a una mayor madurez y mayor experiencia, favorecía la aceptación de aquellos que eran inicialmente desviados a formaciones intermedias.

En el pasado tuvimos la experiencia de los estudios universitarios gratuitos para los que estaban más capacitados para tener acceso a las diferentes carreras, las que tenían cupos racionales. Ciertas carreras como medicina e ingeniería civil pasaban a ser más exigentes en puntajes, ya que eran más preferidas por muchos y eso motivaba líneas de corte a niveles de puntajes más altos.

Las becas no eran para pagar aranceles sino para otros gastos de estudios. No pocos estudiantes universitarios de provincias podían ser inspectores en los liceos fiscales donde alojaban y comían, recibiendo alguna remuneración e incluso incorporándose a un régimen previsional, ganando antigüedad.

Recuerdo de colegios privados, generalmente de congregaciones religiosas, que tenían aranceles bajos. Otorgaban becas y descuentos especiales por un segundo, tercero o más hermanos que estaban en el colegio. Eran épocas distintas; muchos de sus profesores eran religiosos de bajo costo para el establecimiento.

El costo de la salud también puede afectar las decisiones de tener más hijos.

El tema de la salud era distinto. Recuerdo en mis estudios universitarios en la Universidad de Chile que llegamos a tener una atención dental gratuita en el mismo edificio en que estudiábamos.

Los estudios de medicina eran con aranceles nulos y el egresado en la práctica sólo podía trabajar inicialmente en el sector público. Muchos debían irse a provincia como médicos generales de zona, por varios años. Conocían así mejor a la realidad nacional y sólo después de algunos años podían tener acceso a una formación de especialidad, a ser especialista, en forma gratuita, para una vez terminada su formación poder ejercer a tiempo parcial en el ejercicio liberal de la profesión, teniendo que dar una parte importante de su jornada al sector público.

La formación gratuita y el egresar sin deudas, sin duda que generaban otros valores en un profesional, el que a su vez debía incorporarse obligatoriamente para poder ejercer a su colegio profesional, el que tiene sus códigos de ética, con sus comisiones encargadas de vigilar su cumplimiento y de estudiar las eventuales denuncias.

Cuántos destacados profesionales, parlamentarios y autoridades del sector público, incluso presidentes de la República estudiaron en la escuela pública de su barrio o de su pueblo, en el liceo fiscal de su ciudad cercana y en la universidad estatal. Toda su educación gratuita y socialmente integradora.

Desgraciadamente eso ha ido cambiando como también se van deteriorando los valores éticos.

Leí el día a ayer una interesante noticia en Emol Chile sobre una declaración de la Presidenta del Colegio de Matronas, la que presento a continuación

Colegio de Matronas: «La tasa de natalidad no se mejora con un bono»

Su presidenta, Anita Román, comparó el anuncio del 21 de mayo con la propuesta del precandidato Andrés Allamand, quien planteó la entrega de un beneficio a madres adolescentes.

SANTIAGO.- El Colegio de Matronas de Chile cuestionó el anuncio de la entrega del bono por el tercer hijo hecha por el Mandatario Sebastián Piñera, argumentando que no soluciona el problema de fondo de la baja en la natalidad.

«Realmente lamentamos que el Presidente de la República cierre su última cuenta pública de la nación anunciando un bono que no contribuye en lo más mínimo en mejorar las condiciones de equidad social», afirmó la dirigenta a través de un comunicado.

A reglón seguido, planteó que «si la idea es mejorar la tasa de natalidad, esto no pasa por otorgar bonos, sino por garantizar mejores condiciones de vida».

En ese sentido, Román cotejó la idea con lo planteado en marzo por el precandidato presidencial de Renovación Nacional (RN), Andrés Allamand, quien propuso una bonificación a madres adolescente para evitar -a su juicio- detrimento económico y un eventual aborto.

«Si comparamos los anuncios, no hay mucha diferencia. Si una adolescente decide abortar o una familia no decide tener más hijos, no es porque necesite de un bono de 100 mil pesos, sino porque se le hace insostenible en el tiempo mantener económicamente a ese nuevo ser», aseguró.

Para la presidenta de las Matronas del país, lo que se requiere es que «la gestión del Gobierno, esté quien esté a la cabeza, no debe ser meramente asistencialista, sino que debe haber una política de Estado en que se garantice un acceso igualitario a la educación, la salud y la vivienda, con servicios de calidad y que permitan tranquilidad a las familias».

En dicho momento, agregó, «ahí recién se puede pensar en aumento en las tasas de natalidad en el país».

Román llamó, por último, a los parlamentarios a «pensar con lógica de Estado y no con cálculos electorales a la hora de discutir este bono, ya que no puede ser el incentivo económico el que motive a las familias a tener más hijos, sino que la estabilidad y tranquilidad que esperan a futuro».

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