Me ha generado preocupación un contenido en Noticias Internacionales de “El Guardián de la Salud” en su número 105. Enero de 2013 en que se hace referencia a conflictos entre agricultores canadienses y Monsanto con relación al uso de semillas genéticamente modificadas. Se informa que Monsanto ha demandado y ganado a cientos de granjeros por “infringir la ley de patentes” cuando encontraron trazas de cultivos GM en sus campos. Muchos habrían incluso perdido sus granjas.
Uno de los agricultores se reveló judicialmente en 1998 contra ese proceder de la transnacional y logró un importante triunfo después de una larga batalla de 10 años.
Son muchos los argumentos a favor y en contra de los transgénicos, cubriendo un amplio campo de temas.
La ingeniería genética ha entregado importantes aportes al mundo, pero también estaría generando serios efectos negativos en materias medio ambientales, económicas y sociales. Favorecería a minorías más poderosas con perjuicio a amplios sectores de la sociedad y dentro de ellos a medianos y pequeños productores agrícolas.
Presento más adelante in extenso lo que se publica en “El Guardián de la Salud” y los contenidos más importante de un artículo en que se incluyen los principales temas de crítica a los transgénicos.
Lo que publica el Guardián de la Salud:
“Como un solo granjero le ganó a una de las compañías más grandes del planeta”
Monsanto desde siempre ha intentado establecer el control sobre las semillas de las plantas que producen alimentos para el mundo. Ha patentado una gran cantidad de cosechas genéticamente modificadas (GM) que sólo pueden producirse con los permisos adecuados, y las semillas para ello deben comprarse de nuevo todos los años.
Por desgracia, los cultivos transgénicos no pueden ser confinados. Y, en vez de ser culpables de contaminar los cultivos de granjeros vecinos. Monsanto ha demandado (y ganado) a cientos de granjeros incautos por infringir la ley de patentes cuando encontraron trazas de cultivos GM en sus campos. Muchos granjeros, por ende, han perdido literalmente sus granjas.
Percy Schmeiser de Saskatchewan, Canadá, es tan sólo una de las víctimas de Monsanto, pero al contrario de los demás, se negó a tolerar esta injusticia en silencio. Es un clásico caso de David versus Goliat, Schmeiser dio la pelea frente a una de las empresas más poderosas del mundo.
David versus Goliat
Todo comenzó en 1998, época en la que Schmeiser llevaba cultivando canola por 40 años. Como todo granjero, usaba sus propias semillas, reservadas de su cosecha anterior. Pero al igual que cientos de granjeos norteamericanos, Schmeiser terminó siendo demandado popr Monsanto por “infracción a la patente”cuando se encontraron 320 hectáreas de canola contaminada con canola Roundup Ready.- tipo de canola patentada por ese gigante de la biotecnología, creada genéticamente para tolerar dosis letales del herbicida glisofato.
La compañía pidió USD $400.000 por daños y perjuicios. La mayoría de los granjeros terminaron pagando, pero Schmeiser estaba lo suficientemente enojado como para dar la pelea, y contrademandó a Monsanto por:
– Difamación, por ser acusado públicamente de cometer actos ilegales
– Entrar a su propiedad sin autorización
– Obtención indebida de muestras de sus plantas
– Insensibilidad y desprecio por el medio ambiente al introducir cultivos modificados genéticamente, sin controles ni contención adecuados
– Contaminación de sus cultivos con plantas GM no deseadas.
El caso finalmente se presentó ante la Corte Federal de Canadá, y después de una década de larga batalla, en marzo del 2008, Monsanto aceptó un acuerdo fuera de los tribunales de pagar la suma de todos los costos de limpieza. El acuerdo también especifica que Schmeiser no está bajo restricción de hablar y que Monsanto puede ser demandado por recontaminación. Este caso histórico se puede ver en el documento “David versus Goliat”, disponible en TouTube.
Ref: http://articles.mercola.com/sites/articles/archive/2012/11/03/david-versusmonsanto.aspx
Sin duda que el artículo es muy interesante y da mucho que pensar, entre otras cosas por:
– Semilla GM de Monsanto contaminaría la generación de semillas tradicionales.
– La agresividad de Monsanto para defender sus productos.
– Su actitud de acusar a granjeros de delincuentes que usan sus semillas sin pagar sus derechos.
– Su capacidad de enjuiciar exitosamente a tantos granjeros que aceptaron pagar sus multas en circunstancias que probablemente no fueron culpables del delito de usar semillas GM de Monsanto sin pagar sus derechos, semillas que provendría de la contaminación de sus propios cultivos por la polinización parcial con polen de variedades GMs.
– La demora del orden de diez años en obtener por este granjero rebelde resultados parcialmente positivos.
– Que el proceso habría terminado en lo que se puede llamar un avenimiento, no llevando el juicio más allá, que de haberlo hecho quizás cuantos años más hubieran transcurrido sin los resultados deseados, incrementando sus costos procesales.
A continuación presento el artículo anunciado sobre argumentos de crítica a los transgénicos. Me ha parecido interesante por dar una visión resumida y de amplia cobertura.
Por qué evitar los Transgénicos
Autora: Rocío Acosta 10/03/2009
Hay muchos motivos para evitar los transgénicos, socioeconómicos, medioambientales y sanitarios. Veámoslos.
Críticas socioeconómicas
Las semillas transgénicas tienen patente y por lo tanto hay empresas que cobran por proporcionarlas. A menudo, además de las semillas, la misma empresa vende los insecticidas y herbicidas para los que las semillas están genéticamente adaptadas, aumentando así sus fuentes de ingresos. La inversión inicial es por tanto cara y a eso se le suma el hecho de que para que el cultivo sea rentable, se necesita una gran superficie de tierra, así que sólo algunos pueden emprenderla. Las pequeñas plantaciones llevadas por varios pequeños o medianos agricultores son sustituidas por latifundios en manos de una sola empresa o empresario.
Muchas economías se han desestabilizado como consecuencia de esta tendencia globalizadora y multinacionalista. Los beneficiarios son los grandes inversores y multinacionales (como Monsanto) y los perjudicados son, como siempre, los pequeños productores.
Críticas medioambientales
Como hemos dicho, las especies transgénicas son resistentes a determinados herbicidas e insecticidas. Al ser inmunes a esos venenos, se propicia el abuso indiscriminado de insecticidas y herbicidas. Pero la flora y la fauna no transgénica colindante a esos cultivos carece de protección, por lo que los ecosistemas se ven amenazados: el suelo y las aguas subterráneas son contaminados y la biodiversidad es puesta en peligro. Pero no se trata sólo de una masacre (animal, vegetal y humana) local, puesto que el agua se mueve a través de ríos, canalizaciones y acuíferos subterráneos, llevando con ella la carga tóxica de las plantaciones transgénicas.
Por otro lado, sale mucho más a cuenta cultivar una sola especie (monocultivos) lo cual también contribuye a empobrecer la biodiversidad de la flora local y de la fauna que depende de las variedades descartadas como cultivo.
Críticas sanitarias
Los cultivos transgénicos son fuertemente tratados con insecticidas y herbicidas cuyo efecto en la salud no ha sido adecuadamente estudiado por las empresas y empresarios involucrados, aunque las evidencias sobre sus efectos perjudiciales se van amontonando. Por otro lado, cada patente introduce cambios genéticos concretos en las plantas OGM, lo cual abre una infinidad de posibles efectos secundarios. Por ejemplo, una tomatera que genera antibióticos para resistir infecciones bacterianas, puede suponer que los consumidores finales del tomate estén ingiriendo también una dosis de antibióticos y el problema que supone el abuso de antibióticos es de sobras conocido.
Las consecuencias para la salud (tanto en lo referente a las propias alteraciones genéticas, como en lo tocante al uso masivo de insecticidas y herbicidas utilizados en su cultivo) han sido omitidas, tergiversadas y/o menospreciadas, como siempre que hay implicados suculentos beneficios económicos.
Nota. Considerar que este artículo ya tiene más de 3 años de antigüedad y tampoco puede pretender agotar todos los argumentos negativos. Chile y varios otros países han visto perjudicados sus mercados externos de miel de abejas por el hecho de que han detectado en parte de sus producciones la presencia de polen provenientes de cultivos de plantas transgénicas
Tener presente que en nuestro país sólo se permiten cultivos de especies transgénicas para generar semillas de exportación. No se permiten cultivos transgénicos de alimentos destinados al mercado interno, pero si se pueden importar alimentos transgénicos para el consumo humano y animal.