Medicina natural, actualidad y economía

Observaciones a opiniones del General Pinochet sobre personas que he estimado: Raúl Silva Henríquez, Raúl Sáez Sáez y Roberto Viaux Marambio

                                                                                                  10 de mayo de 2007

    En la interesante publicación de la entrevista exclusiva «Pinochet inédito» publicada en Reportajes del diario La Tercera del 17 de diciembre de 2006, cuyos autores son Patricia Arancibia, Pablo Baraona , Alvaro Bardón y Alvaro Vial, el general emite juicios en mi opinión injustos  sobre tres personas que he conocido y para quienes tengo especial aprecio. Ellos: el Cardenal Raúl Silva Henríquez, el ingeniero Raúl Sáez Sáez y el general Roberto Viaux Marambio.  Todos ya fallecidos.
Más...  1.    Con respecto al Cardenal se inicia el relato con la expresión «Yo lo encontraba un prepotente».
 
     Continúa el artículo con un párrafo introductorio presentado por los autores, antes de efectuar la entrevista.
  
     Raúl Silva Henríquez se convirtió en uno de los adversarios más tenaces de Pinochet por su decidida defensa de los derechos humanos. Pocos días después del golpe el prelado fue a visitar a los detenidos en el Estadio Nacional. En 1974 creó el Comité Pro Paz en defensa de los perseguidos políticos, y posteriormente la Vicaría de la Solidaridad. A seguir,  sus declaraciones sobre el tema.
 
     Poco después del 11 de septiembre usted conoció al cardenal Raúl Silva Henríquez…
 
    «No lo conocí en esos días. Mi hijo Marco Antonio estudiaba en el Seminario Menor y el cardenal – que Dios goce – visitaba el establecimiento y a veces se reunía con los apoderados. Era muy sátrapa. Cuando a mí me nombraron coronel relacionador de la Escuela Militar con los cardenales (para la procesión del Carmen) pasamos las rabias más grandes con este caballero. Uno decía una cosa y él salía con otra. No podía ver a los militares…. Era muy fregado el fraile ése.
 
Nota:  Sátrapa según la Real Academia  Española, como adjetivo significa «:Hombre sagaz, que sabe gobernarse con astucia e inteligencia, o que gobierna despóticamente». Seguramente la usó para el primer significado; creo que no está del todo mal empleado.
 
     Pero a pocos días del 11 de septiembre, el cardenal se comunica con el gobierno…
 
    Perdón, usted me preguntó cuándo conocí al cardenal, y yo le estoy contestando que lo conocí cuando mi hijo estaba en el Seminario Menor. Ahora nunca tuve relaciones con él. ¡Jamás! Yo lo encontraba un prepotente.
 
    Pero aparentemente hubo una conversación con el cardenal por esos días. ¿O fue posterior?
 
    No me acuerdo ni creo que haya habido una conversación. El cardenal fue a hablar conmigo respecto al colegio Saint George (intervenido por el régimen militar con un rector delegado). Yo le dije: » Hay un coronel de aviación ahí y él es el que está a cargo». «Pero es que ustedes podrían devolver el colegio», me dijo. «¿Por qué lo voy a devolver? ¿A quién se lo devuelvo? ¿A ustedes, para que vuelvan a lo mismo? No». Entonces , ahí estuvimos más o menos peleando, pero como era diablo, volvió a la carga…
 
    ¿Quién estaba a cargo en el gobierno de las relaciones con la Iglesia?
 
.   Puse a un general, después a otro, y a otro. No me daban resultado, porque todos son medios pechoños. Agachaban la cabeza. Yo no les agachaba la cabeza, porque los conozco. Aunque sé que había obispos muy buenos y amigos míos. .
 
Comentarios: Tomé contactos con el Cardenal en el año 1943, fue mi confesor cuando hice la Primera Comunión; después lo conocí bastante más cuando él era  Director del Liceo Manuel Arriarán Barros de La Cisterna, mientras yo estaba de alumno entre 1944 y 1946; fue entonces el gran promotor del Templo de San Juan Bosco. Como exalumno salesiano tuve muchos contactos posteriores con él,  por diferentes circunstancias. Para mí fue una satisfacción ser uno de los testimonios de su vida de esa época del Liceo, en un homenaje que se le hizo en la Vicaría de la Solidaridad a mediado de los años ochenta; posteriormente me entrevisté con él cuando fui Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Ingenieros Agrónomos y pretendíamos que ingenieros agrónomos en el exilio, por motivos de salud, pudiesen volver a Chile. Me dio valiosos consejos, pero no logramos en esos momentos con el gobierno militar nuestros objetivos.
 
      Sin duda que el Cardenal era un hombre con fuerte personalidad, pero bondadoso y creador; místico y empresario; un ser muy recto. Nunca le capté su característica de prepotente, como tampoco de que no pudiera ver a los militares. Recuerdo que nuestro Liceo Arriarán Barros, cuando yo era alumnos, fue invitado a la Base de El Bosque, de la Fuerza Aérea, donde nuestro Director, el Padre Silva como les decíamos, pronunció un brillante discurso. Ahí le conocí otra arista de sus cualidades.
 
     Un grupo de exalumnos de esa época mantuvimos contactos con el Cardenal hasta poco antes de su muerte. En uno de sus últimos encuentros sociales, recuerdo que le pregunté sobre sus relaciones con el general Pinochet y nos dijo algo que me impresionó, nos señaló que si  en aquel entonces hubiera sabido más de lo hecho por él, habría tenido una actitud muy distinta.  Se ve que lo que supo de su gobierno y de sus actuaciones, que le llevaron a hacer todo lo que hizo por los derechos humanos, no era realmente todo lo importante que conoció después. Nuevos procederes negativos los percató una vez restablecida la democracia en Chile.
 
    En el Ejercito, en aquel entonces, se le llegó a calificar de «el Cardenal rojo»; recuerdo que un exalumno salesiano del Arriarán Barros que siguiera la carrera militar, se expresó también así.
 
    Es extraño que la derecha política chilena aún mantenga hacia él una distancia; en el reciente lanzamiento de una nueva edición de sus memorias, llamó la atención que a ese acto no asistió ningún parlamentario de derecha.
 
    Una de las cosas que me ha impresionado, es que su rostro aparezca en nuestra hermosa moneda de los quinientos pesos.
 
 
2. Con respecto a Raúl Sáez  me parece conveniente copiar los párrafos que conducen al corto juicio que hace Pinochet sobre tan importante ingeniero, quien llegara a ser considerado en la década de los años 1960 como uno de los sabios del mundo y que tuviera tan importante papel en la planificación del desarrollo chileno, en la ENDESA y posteriormente en la Vicepresidencia de CORFO. Por sus cualidades y su personalidad, era difícil que continuara colaborando por el Gobierno Militar como tuvo la voluntad de hacerlo en sus comienzos.
 
Se le pregunta al general Pinochet:
 
 ¿Cómo elegía a sus asesores económicos?
 
¿Cómo los elegía?. Mirándolos, pues. Mirando y  viendo  qué decían. Si había alguno que pensaba a medias, no servía. Tenía que ser uno que pensara como tenía que pensar. Estaba Miguel Kast (ex ministro de Odeplán y del Trabajo). Al otro que metí fue al «Príncipe Feliz» (Hernán Büchi, ex ministro de Hacienda) (Gesticula indicando una persona con el  pelo hasta el cuello).
 
¿Pero por qué no le hizo caso a Raúl Sáez (ministro de Coordinación Económica el 74), por ejemplo?.
 
    Porque el señor Raúl Sáez no era de economía libre: era de economía controlada y además era «yo, yo».  Por eso lo saqué.
 
Comentarios. Conocí a Raúl Sáez cuando él se desempeñaba como Vicepresidente de la CORFO y  yo, Gerente Agrícola de esa corporación. Yo era funcionario de esa institución cuando fue elegido el Presidente Frei Montalva; al segundo año de su gobierno se produce el alejamiento del abogado Ismael Edwards Izquierdo de la cabeza de esa Gerencia Agrícola, creada durante la presidencia de Jorge Alessandri, y debe elegirse al sucesor. En ese entonces yo estaba a cargo de la Oficina de Planificación Agrícola que se iniciaba, con los  respaldos del Director de Planificación Álvaro Marfán y del ministro de Agricultura, Hugo Trivelli.  Raúl Sáez quiso que yo fuera el nuevo Gerente Agrícola, creo que por dos razones: una debido que era funcionario de carrera y a él le gustaba respetar las carreras funcionarias, la otra porque yo no era militante político, pero sí contaba con el respaldo del Gobierno. Rául Sáez era independiente.
 
     Frente a esa situación tuve una posición pasiva, señalé que el Gobierno decidiera donde creía que podía ser más útil. La respuesta la dio el Presidente Frei con una expresión que se me trasmitió, consideraba más difícil conseguir un ejecutivo que  un planificador. Así fue cómo llegue a trabajar en forma bastante estrecha con don Raúl; a él se le criticaba entonces como neoliberal.  Era muy agradable trabajar con él; muy respetuoso de sus colaboradores y de sus opiniones, como también aportador de muy adecuadas ideas y de mejor formas de proceder; permanente transmisor de sus experiencias; muy franco en plantear sus posiciones. Tenía un gran prestigio internacional.
 
     Posteriormente, a fines del gobierno militar, me tocó presidir un grupo amplio de profesionales  y técnicos, de diferentes corriente políticas, que se denominó primero «Ex funcionarios de CORFO por el NO»  y después «Ex funcionarios de CORFO por la Democracia». Nuestro Presidente Honorario fue Raúl Sáez. El grupo llegó a preparar un documento de amplio contenido, mediante un trabajo de comisiones por grupos políticos y transversales temáticas, que sirviera de apoyo al nuevo gobierno. Espero más adelante entregar este documento resumen en mi página web  www.rochade.cl.
 
    Raúl Sáez fue un serio crítico del proceso de privatización, no tanto por ser contrario a privatizar, sino por la forma poco transparente y incorrecta como se hicieron varias de ellas.
 
    Este brillante ingeniero, sin dudas, era además de muy capaz, honesto y respetuoso de sus colaboradores, un ser de personalidad fuerte, como también lo era el Cardenal Silva. Era fácil comprender por qué el general Pinochet terminó marginándolo rápidamente de las tan altas responsabilidades que inicialmente le entregó la Junta Militar de Gobierno.
 
     Raúl Sáez, poco antes de morir, recibió el reconocimiento de Chile, al ser designado como el primero en recibir el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas, recientemente creado.    
 
 
3. General Roberto Viaux Marambio. Este destacado general, según me han informado, fue el primer alumno de su generación en todos los años de su carrera. Hombre también de personalidad fuerte y de grandes valores personales. Tuvo dos actuaciones que han sido muy criticadas: una fue durante el gobierno de Frei Montalva, en 1969, que generó una protesta por la falta de recursos de las Fuerzas Armadas y por sus bajas remuneraciones, que motivó un acuartelamiento de él y de varios otros militares en el Regimiento Tacna, con el respaldo de la Academia de Guerra. La otra, que ha sido la más grave, fue cuando después de la elección del Presidente Allende participó en un complot dirigido a evitar que Allende asumiera. Tuvo relación con la gestión del rapto del Comandante en Jefe del Ejército, general René  Schneider, con el cual se iniciaría un Golpe Militar, respaldado por muchos civiles y militares, para evitar, como decían, que el Comunismo se apoderars del país. En entonces se temía que llegando al poder esta corriente ideológica, el país no pudiera salir más de su ámbito.
 
    El intento de golpe abortó el 22 de octubre de 1970 con el asesinado del general Schneider;  el proceso del rapto se pretendió que fuera realizado sólo por militares activos o en retiro, pero sectores civiles habrían insistido en participar. Se ha planteado como hipótesis que por los civiles se infiltró el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionario), que contribuyó a abortar el proceso. Por ello se ha dicho que  gracias al MIR, el doctor Allende llegó a la Presidencia de la República y a eso se habría debido la tolerancia y respeto que Allende mantuvo frente a este movimiento.
 
    Viaux y Pinochet eran de la misma generación; la antigüedad de Viaux era mayor por sus excelentes calificaciones obtenidas durante su carrera en la Escuela Militar.
 
     En la entrevista el general Pinochet hace mención especial al general Viaux. Presento a continuación las preguntas y respuestas sobre el tema, al que inicio con una materia algo distinta, pero que tiene relación con el conjunto.
 
    La pregunta:
   
   Usted es muy crítico respecto de los políticos. ¿De donde provenía esa actitud?
 
    No se olvide de que mi suegro era político – fue senador y ministro del Interior – así es que yo veía a todos esos gallos. Había uno – no me voy a acordar el nombre ahora – que era ácido con los militares . ¡Ácido !. Los trataba como ignorantes. Eran unas expresiones contra nuestros jefes militares… igual que Encina (Francisco Antonio Encina, autor de una monumental Historia de Chile), pero despectivo.
 
   Pero supongo que esa actitud crítica proviene también de la época de los bajos presupuestos para el Ejército.
 
   También influyó, pero… oiga, yo era un teniente capitán.
 
  ¿Cómo vio Ud. el movimiento de Viaux (rebelión militar liderada en 1969 por el general Roberto Viaux Marambio en protesta contra la falta de recursos de la FFAA)?
 
    Una tontera, porque Viaux me quería  embarcar a mí también. Cuando estábamos los dos en el norte – yo en Arica e Iquique y él en Antofagasta – quería que nos viniéramos para el sur a tomarnos el gobierno. «Qué estás hablando tonterías, hombre», le dije. «Si la guerra se gana en Santiago, y en dos mil kilómetros a Santiago pueden hacerte pedazos si llega alguno marchando. Así que no seas tonto, y olvídate de eso», le dije. Toda la vida fue un conspirador. «No te voy a acusar – dije – pero no te metai conmigo». Y  se metió en eso, que era una lesera.
 
Comentario. Las expresiones del general Pinochet sobre Viaux fue lo principal que me motivó a escribir este artículo.
 
    Quisiera primero referirme al suegro del general Pinochet. A don Osvaldo Hiriart Corvalán, distinguido abogado y político radical, fue senador de la República, ministro del Interior y Fiscal de la Corporación de Fomento. Era de esos antiguos políticos de grandes valores que era común encontrarlos en el pasado; del período de oro del radicalismo chileno. Lo conocí cuando yo era un niño, iba a mi casa, a una parcela que tenía mi familia en La Cisterna. Era muy amigo del doctor Ernani Parodi, también dirigente del Partido Radical, quien se casó con una prima mía, bastante más joven que él, y ella bastante mayor que yo.
 
    Le gustaba mucho acompañar al doctor Parodi cuando él llevaba a mi prima a la parcela de La Cisterna. A don Osvaldo, como le decíamos, le gustaba mucho comer damascos de los árboles mismos. Esto era en los años 40.
 
    Pasó el tiempo y cuando llegué a la CORFO, a comienzos de los años 60, él era Fiscal de la Institución. Recibí de él muy buenos consejos en mi trabajo de Gerente Agrícola; además de valores poseía sabiduría. Supe que cuando Frei Montalva gana la Presidencia, la Democracia Cristiana quiso sacarlo de la Fiscalía, a lo cual se habría opuesto el Presidente, quien muy bien lo había conocido como miembros del Senado.
 
    Supe que al parecer él sufría de una gran angustia, derivada de que el presidente Juan Antonio Ríos, de quien fue su ministro del Interior, lo alejo de esa responsabilidad poco antes de que por su enfermedad tuviera que retirarse de su cargo y dejar un vicepresidente. Eso lo habría afectado mucho por sentir que el Presidente no lo había considerado indicado para asumir la Vicepresidencia de Chile.
 
    Era un hombre querido por todos. Un gran demócrata y un políticos de grandes valores.
Recuerdo lo que me contaron de él. Era muy buen comedor. En una oportunidad se le habría preguntado si era verdad que se había  comido un pavo solo. Él habría respondido que no, que se lo había comido con pancito.
 
    Es probable, para las características de la época, que algún amigo de don Osvaldo no tuviera buena opinión de los militares.
 
    Después del golpe militar no supe más de don Osvaldo, hasta su muerte. Para el inicio del gobierno militar él debe haber tenido unos 78 años.
 
    Volviendo al general Viaux, a él lo conocí en la segunda mitad de los años setenta en Paraguay, durante su extrañamiento en ese país. Por razones de trabajo en Naciones Unidas tuve un par de viajes a esa nación amiga. Dos veces estuve en su casa y conversé bastante con él. Me contó muchas cosas.
 
    En esa época había viajes semanales regulares de LAN a Asunción y él siempre estaba  en el aeropuerto a su arribo. Quería mucho a su patria.
 
    Posteriormente ya él vuelto a Chile siguieron nuestros contactos esporádicos. Conversamos en varias oportunidades sobre temas de la actualidad nacional. Coincidíamos en muchos aspectos en las características que debieran tener nuestras políticas de desarrollo.
 
    Primero quiero referirme a las difíciles condiciones en que el vivía en Asunción. Mi primera visita a su casa me permitió conocer su hogar y a su esposa. El recibimiento que ella me dio fue un poco frío. Ellos estaban muy desilusionados del Presidente Frei Montalva y de la Democracia Cristiana; por ellos habían sido muy afectados, posiblemente en forma injusta. Habitualmente a mí se me ha asociado a esa tienda política. Si bien es cierto estoy bastante identificado con esa ideología,  sólo fui militante en un corto período, cuando se me pidió que diera mi firma, a fines del gobierno Militar, para la inscripción legal de ese partido. Como sabía que muchos auténticos democratacristianos no podían firmar por los riesgos especialmente económicos que ello les podría significar, con agrado firme, pero sin jurar en el partido. Después ya en democracia, renuncié, pues me gusta tener plena libertad política para actuar y votar.
 
     El general Viaux me dio desde el comienzo una calurosa acogida. Mi hermana mayor, Renée, era muy amiga de esa familia y había estado con ellos en los momentos más difíciles; fue por ella que me contacté con él.
 
    Fue quizás extraño lo que me pasó; entre los chilenos de Asunción estaba un economista socialista que había trabajado conmigo en la Gerencia Agrícola de CORFO. En el Gobierno de Allende llegó a un alto cargo en comercio exterior en la corporación; después del golpe militar fue detenido y torturado, para después de una semana ser dejado en libertad, pero perdiendo su cargo. Los militares querían asegurarse que él no había internado armas a Chile.  Así emigra a Paraguay. El general Viaux había tenido contactos con él y me pidió que me reuniera con este colega y excolaborador mío, que tenía interés en verme, con quien además hubo una amistad; lo que hice con gran agrado. Ahí pude saber que en ese especie de exilio ambos se estimaban, personas de tan diferentes ideologías.
 
   La vida de la familia Viaux Igualt no era fácil en Parguay. La segunda vez que estuve en su hogar, fue en una casa más humilde que la anterior. El General me confesó que para él era muy difícil trabajar en las actividades de comercio exterior en que estaba. Había que incurrir en algunas irregularidades, a las que él no podía estar dispuesto.
 
    Para obtener más ingresos, que seguramente ese hogar necesitaba, su señora hacía empanadas chilenas. Con agrado le llevé un par de kilos de pasa que se las envió mi hermana Renée, para esas empanadas.
 
    Dos temas fueron los principales que conversamos allá en Paraguay, uno el de las relaciones con el gobierno del Presidente Frei Montalva y el otro, con respecto al general Pinochet.
 
    Referente a lo primero, me informó el apoyo que le dio al gobierno especialmente cuando estaba en Antofagasta donde le correspondió ser Intendente suplente en difíciles momento de grandes huelgas de trabajadores. Al parecer en sus intervenciones, que habrían sido muy útiles, se jugó su vida.
 
    Referente a los acontecimientos del año 1969, esa protesta que encabezó, fue dirigida solamente para tratar de que se destinaran más recursos a las fuerzas armadas. Me señalaba que los soldados que hacían el servicio militar salían, en el norte, prácticamente sin saber disparar. Además las rentas de las fuerzas armadas eran muy bajas. El gobierno de Frei Montalva se había comprometido con un par de prestigiados oficiales, para motivarlos a asumir el ministerio de Defensa, a mejorar la situación y el Gobierno, especialmente por la posición del ministerio de Hacienda, no les habría cumplido.
 
    Fue común en la antigua democracia que los sectores que podían hacer presión, mejoraran remuneraciones, no así otros donde las huelgas u otras manifestaciones eran más difícil de concretar, como los casos de funcionarios del Poder Judicial, trabajadores del sector de la salud, y desde luego, los miembros de las fuerza armadas y de carabineros.
 
    Muy distinta la versión que a mí me dio Viaux con respecto a esto, de la expuesta por  Pinochet en la entrevista publicada. Éste le habría ofrecido dar el golpe y tomar el poder, a lo cual Viaux  se había opuesto; me reiteró y aseguró que sólo pretendía más recursos para las fuerzas armadas. Se puede ver que son dos versiones muy distintas. Por eso he creído conveniente, después de leer lo que Pinochet señala al respecto, trasmitir lo que Viaux me comunicó. Sinceramente estoy más convencido de que es verás lo que me trasmitiera el general en el exilio.   Debe recordarse que por la intervención de este general, el Gobierno destinó más recursos a las fuerzas armadas y se mejoraron sus remuneraciones.
     
    Cuando el general Pinochet viajó a Paraguay, tuvieron la oportunidad de tener una breve conversación en una reunión al parecer con muchos participante. Me contó el general Viaux que Pinochet le dije algo así como, mira donde estás tú con tus valores y mira a lo que yo he llegado.
 
    He creído conveniente escribir estas líneas especialmente las relacionadas con ese general audaz, de grandes inquietudes y luchador principalmente por los demás. De Raúl Sáez y del Cardenal Silva mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo. De Viaux creo que muy poco. Fue en parte un mártir por defender sus principios y valores, como también por sus errores cometidos, mejor apreciados, como podría decirse, después de la batalla. 
 
    Sentí no poder asistir a su funeral, por otros compromisos que tenía, pero dejé mis saludos y sentimientos a sus familiares en su capilla ardiente donde estaban presentes sus restos.
 
     Termino este documento con la satisfacción de poder en algo recordar y homenajear a tres hombre que mucho he apreciado en mi vida, al Cardenal Raúl Silva Henríquez, al ingeniero, economista y estadista Raul Sáez Sáez y al  distinguido militar y luchador por su patria, el general Roberto Viaux Marambio.

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Un comentario

  1. El testimonio entregado tiene un alto significado ya que nos permite rescatar parte de la historia que algunos quisieran olvidar,hacer justicia a los personajes ejemplares comentados, además de contituir un valioso aporte de aprendizaje de la sociedad y las generaciones futuras
    El relato no sólo muestra la alta facultad de la mente del autor para retener hechos pasados, sino que se enriquece con testimonio vevencial y compromiso afectivo. Esto lo transforma en recuerdo.
    El estilo es ameno, agil, con ritmo que no decae, comprometido, mostrando una realidad en tiempo presente.
    Porque así es la realidad siempre presente , porque es efecto del pasado y se proyecta al futuro
    Agradecimientos y felicitaciones

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