Dos noticias impactan recientemente. La acción de parte de la comunidad de Iquique contra los inmigrantes, especialmente de los provenientes de Venezuela, y la otra, sobre personeros de Gobierno, nada menos que dos ministros de Estado, especialmente el de Hacienda, que hayan hechos retiro de sus ahorros en las AFP, cuando se sabe el daño que ellos generan en la sociedad y además que el Gobierno está en contra de nuevos retiros.
Sobre el primer tema, el de la inmigración. Se informa que eran unas 150 familias y a alguna de ellas se les queman parte importante de sus bienes entre los cuales se encontraría juguetes de niños, coches de guagua e incluso importante documentación. Algunas familias eran con niños; es probable que incluso estuviese alguna embarazada.
En esa triste acción destructiva de patrimonios de extranjeros, se observan especialmente jóvenes. Por otra parte cuesta pensar el por qué la fuerza policial no actuó protegiéndolos, ni tampoco se hicieron presentes los bomberos. Vuelve a manifestarse en Chile una juventud destructiva, como se observó en la Plaza Baquedano y en sus alrededores. Algo parecido se observa en cuanto a presencia de adolescentes en los asaltos a casas particulares y en el robo en encerronas de automóviles.
La crítica internacional se hace sentir por este trato a inmigrantes.
Desgraciadamente no se puede dejar de recordar la visita que hizo el Presidente Piñera años atrás a Cúcuta, localidad nortina colombiana cerca de la frontera con Venezuela. En aquella ocasión nuestro presidente ofreció asilo en Chile a venezolanos.
Estos inmigrantes debieran tener un tratamiento especial tanto por las razones porque deben emigrar como por los ofrecimientos de Piñera. Debe tenerse presente que muchos de ellos vienen como familias, incluso con hijos menores; es posible que incluso estén esposas embarazadas.
La mala forma como fueron atendido en Iquique los llevaron a transformarse en un estorbo, constituido por personas que mucho sufrían.
Al parecer la situación está mejorando. A ello ha contribuido la solidaridad de no pocos chilenos y de organizaciones existentes en el país. También se tiene la impresión que el Gobernador de la Región ha realizado una valiosa acción para trasladar a esas familias especialmente a Santiago, a pesar de los pocos recursos que cuentan las gobernaciones.
El Delegado de Gobierno, que actualmente cumple las funciones del Intendente anterior, que es nombrado por el Presidente de la República, debiera dar una más amplias colaboración teniendo en cuenta lo que Piñera les ofreció a los venezolanos en Cúcuta. Lástima que el Subsecretario del Interior critique la intervención del Gobernador por unos aspectos relacionados con financiamiento.
Otras páginas negras se están generando con el retiro de fondos destinados a futuras pensiones, de las AFP. Hasta el extremo de afectar las jubilaciones ya existentes basadas en seguros vitalicios, al obligar por ley a las aseguradoras a entregar patrimonio a sus asegurados, el que se financie con la reducción de las pensiones futuras. Esto puede considerarse como un sistema de expropiación, que afecta no solo a empresas chilenas sino que también a extranjeras.
Ya se han iniciado las protestas externas y es probable que ello termine en juicios internacionales contra Chile, con posibilidades de nosotros perderlos; lo acontecido desde ya perjudica la imagen nacional y seguramente dañará a las jubilaciones futuras, por el mayor riesgo que tienen las aseguradoras que el país cambie a futuro las reglas del juego; riesgo que lo cubren con pensiones vitalicias castigadas,
El país tradicionalmente ha respetado los acuerdos internacionales, especialmente al tratamiento de las inversiones extranjeras. Con lo acontecido, se han alterados positivas tradiciones chilenas. Sin duda extraña que esto suceda en un gobierno de derecha.
A mi parecer, mucho de lo sucedido es consecuencia de un nefasto populismo que se ha estado presente en nuestro país.
Las últimas noticias sobre los próximos retiros señalan que nuevamente serían afectadas las pensiones vitalicias ya existentes, lo que agudizará los efectos negativos antes señalados.
Ha sorprendido a muchos que dos actuales ministros de Estado hayan hecho retiros en el primer 10% aprobado y que uno de ellos haya sido el de Hacienda. También aparece con retiros iniciales nada menos que una exsubsecretaria de Gobierno, quien es nada menos que la vocera de la campaña del principal candidato presidencial de la derecha, quien se ha manifestado abiertamente en contra de nuevos retiros.
No puede dejar de mencionarse que también un diputado de la DC haya retirado fondos y que aún la Presidenta del Senado, también parlamentaria de oposición, trasladara fondos previsionales a otra cuenta en AFP lo que le permite a futuro en cualquier momento hacer retiros de dinero.
Conviene tener presente que la mayoría de los más prestigiados economistas de nuestro país, de distintas corrientes políticas, se han manifestado en contra de estos retiros.
El sistema de las AFP ha sido fuertemente criticado. La razón principal a mi juicio ha sido el que al crearse en dictadura, ofreció altas pensiones futuras, de montos muy cercanos a los sueldos que recibiría el empleado al momento de jubilar. Además, en los inicios, se anunció que el traslado desde el antiguo sistema al nuevo se haría al poco tiempo obligatorio. Por otra parte a los nuevos imponentes se les impidió incorporarse al antiguo sistema, solo lo podían hacer al nuevo, al de las AFP.
Para atraer al nuevo sistema se bajó el porcentaje de imposición a alrededor de la mitad, por lo que el imponente en el nuevo sistema experimentaba el beneficio de que su ingreso efectivo subía en el orden de un diez por ciento. De no haberse hecho esa rebaja de imposición, los montos de las jubilaciones actuales se habrían duplicado.
Se reconoce en general que las AFP han logrado un importante aumento real de los valores de los depósitos de sus afiliados. En ese sentido, el sistema no ha sido malo. Pero su pecado ha estado asociado principalmente a dos factores, uno de crear grandes expectativas y el otro, al rebajar alrededor de la mitad el monto de las imposiciones; tema ya analizado.