Medicina natural, actualidad y economía

Sergio Valiente Berenguer, un gran médico, un gran académico y un gran amigo

Conocí al Dr. Valiente en 1975, cuando yo trabajaba en el Proyecto Interagencial de Promoción de Políticas Nacionales de Alimentación y Nutrición del Sistema de Naciones Unidas. De él recibí muchos conocimientos en los temas alimentarios y nutricionales, como también recogí valiosas experiencias académicas. En 1980, al terminar el Proyecto Interagencial, los doctores Sergio Valiente y Ricardo Uauy me invitaron al Instituto de Nutrición y Tecnología de loa Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile donde permanecí hasta que la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de Universidad de Chile, en 1990 me designara Decano. Fueron muchos años que trabajé con Sergio Valiente.

Una persona de grandes cualidades: gran médico, gran académico y un gran amigo. Hombre de grandes valores que se entregó por entero a la academia universitaria, especialmente en los campos de la Salud Pública, la Alimentación y la Nutrición.

Los profesionales de la Nutrición, especialmente las nutricionistas no sólo de Chile si no que también de muchos otros países, lo apreciaban mucho. Transcribo en este artículo lo que presentara la distinguida nutricionista, Magíster de la Universidad de Chile, Teresa Boj, quien fuera por muchos años académica de la Universidad de Chile. Días atrás me encontré con ella, quien me dio a conocer este artículo que más adelante presento, publicado en la Revista Chilena de Nutrición de Marzo de 2009 y me alentó a escribir esta presentación en que agrego otros antecedentes y mis testimonios. Un primer párrafo de ese artículo de Teresa, refleja a mi juicio muy bien las características de este profesional extraordinario

«Escribir sobre la carrera académica del Dr. Sergio Valiente Berenguer sería fácil, pero no reflejaría lo que fueron sus principales aportes a la nutrición, la formación de recursos humanos y su ejemplo como ser humano, preocupado permanentemente por los otros, por el crecimiento de las personas, por su apoyo y ayuda cuando alguien lo necesitó, por su tolerancia y también por la tozudez de su ancestro catalán. Para ello, van algunos recuerdos, que a mi juicio, reflejan su forma de vida en los años de trabajo compartidos. Posiblemente muchos y muchas recordarán otros episodios que espero revivir. Por lo escuchado de colegas y amigos en los días transcurridos desde su fallecimiento, son muy semejantes.

Más adelante viene in extenso el artículo de Teresa Boj, para posteriormente dar más antecedente de su biografía y mis testimonios.

Artículo de Teresa Boj

DOCTOR SERGIO VALIENTE, PROFESOR DE PROFESORES

La vida no es la que uno vivió,
sino la que uno recuerda,
y cómo la recuerda para contarla.

Gabriel García Márquez.

Escribir sobre la carrera académica del Dr. Sergio Valiente Berenguer sería fácil, pero no reflejaría lo que fueron sus principales aportes a la nutrición, la formación de recursos humanos y su ejemplo como ser humano, preocupado permanentemente por los otros, por el crecimiento de las personas, por su apoyo y ayuda cuando alguien lo necesitó, por su tolerancia y también por la tozudez de su ancestro catalán. Para ello, van algunos recuerdos, que a mi juicio, reflejan su forma de vida en los años de trabajo compartidos.
Posiblemente muchos y muchas recordarán otros episodios que espero revivir. Por lo escuchado de colegas y amigos en los días transcurridos desde su fallecimiento, son muy semejantes.

Desde mi mirada el Dr. Valiente tuvo tres etapas claramente definidas en su vida profesional: el Hospital San Juan de Dios, junto con la Escuela de Salubridad, luego el Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina y finalmente el Instituto de Nutrición y Tecnología de los alimentos (INTA). Su permanencia en la Universidad de Chile fue por más de 50 años.

Sobre su paso por la Universidad Mayor, su última etapa, ya estaba alejada de su acontecer diario, sólo lo veía en forma esporádica, ocasiones que nos permitían ponernos rápidamente al día, pero sin el sello de la vivencia compartida.

Lo conocí en el San Juan de Dios, como médico clínico, diabetólogo. No recuerdo el año, debe haber sido en el año 1965 ó 1966. La relación más estrecha se inicia en Enero de 1967, cuando la Escuela de Nutrición y Dietética siolicita la poráctica de salud pública para el primer curso que recibiría el título de Nutricionista.

Así un grupo de 5 compañeras, obviamente más amigas: Wilma Freire, Victoria Moreno, Francisca del Río, Yolanda Bacigalupo y la suscrita, iniciamos esta primera experiencia de Salud Pública dirigida por el Dr.Valiente, en lo que hoy es la Quinta Normal y Pudahuel, en esos años llamada Barrancas. Recuerdo ese mapa donde con alfileres señalábamos los puntos de ubicación del Hospital, las municipalidades, consultorios, postas, almacenes, y todo lo vinculado a la alimentación y nutrición.

Las visitas a las familias con extrema pobreza y la desnutrición infantil ligada en toda su expresión a la miseria, donde adultos y niños vivían en cuevas, sin ningún recurso material para enfrentar la vida, nos enseñó que no bastaba recuperar la desnutrición en un hospital. Fue un aprendizaje duro e imborrable que cambió nustras miradas del mundo, bajo su permanente ayuda y compromiso. En el grupo se destacaba Wilma Freire quien llegaría con el peso de los años a dirigir, desde la OPS en Washington, la Nutrición en América Latina. Desde este momento el Dr. Valiente se mantendría ligado a la Escuela de Nutrición por largos años.

Durante su período en el Hospital San Juan de Dios, bajo la jefatura del Dr. Ismael Canessa, integraba equipo junto a Gabriela Bahamonde, Anita Toro y Mamuel García de los Ríos. En las tardes asistía a la Escuela de Salubridad, junto al Dr Julio Santa María y el Dr. Antonio Arteaga. Sin duda, estas dos funciones, clínica y epidemiológica, le hacían tener una mirada y una experiencia en el quehacer de su especialidad poco común en los médicos de esa época. Esta dualidad finaliza cuando asume como Director del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en 1969. Al tiempo deja el ejercicio clínico para dedicarse de lleno a sus funciones directivas académicas.

Fue el primer director del Departamento de Nutrición y, en mi recuerdo, el principal responsable de aglutinar los diferentes profesionales ligados al tema de la nutrición. En determinado momento llegaron a ser más de 100 los participantes, sólo en Santiago, muchos de ellos sin vínculo formal con la Universidad. Dentro del grupo se forjaron fuertes amistades y relaciones profesionales, que se han mantenido hasta el día de hoy en varias de las instituciones ligadas al ámbito de la Nutrición, con redes invisibles de fuertes nudos que nos ligan emocionalmente.

El proceso de la Reforma Universitaria, lo marcó profundamente, se refleja en el capítulo que escribe en el libro “De la dietista al Nutricionista 50 años de una profesión” donde expresa: “Era una ñepoca de cambios y demandas por muchos años contenidas, el paìs se remecía en la Reforma Universitaria, que caló hondo en la Universidad de Chile. Compartíamos la mayoría de sus objetivos, a saber: modernización de enseñanza, orientándola a las necesidades del país, actualización de los métodos pedagógicos, igualdad de oportunidades en el aprendizaje y la enseñanza, educación continua, integrando el pre y el postgrado, departamentalización por áreas temáticas y no solamente por profesiones”. Principios que aún tienen vigencia en nuestra Universidad de Chile.

El 1º de enero de 1970 la Escuela de Nutrición y Dietética del Servicio Nacional de Salud, pasa a formar parte de la Universidad de Chile, incorporándose sus docentes al Departamento de Nutrición en lo formal y físico, trasladándose desde la calle Placer a la Facultad en calle Independencia. Recuerdo el compromiso y la alegría del Dr. Valiente que veía en este cambio un logra anhelado por un importante grupo y el inicio de una etapa de cambios importantes en la formación de los y las nutricionistas.

El Dr. Valiente, en el libro antes mencionado, denomina al período que se inicia en ese momento, como la edad de oro de la profesión”. Concepto compartido por muchas y muchos que trabajamos en modificar rumbo, hacer los cambios curriculares y modernizar la enseñanza de una Escuela que se había caracterizado por un sello autoritario y austero, impuesto por su fundador y director por muchos años , el Dr. Esrteban Kemeny. Cambiar “esa forma de ser institucional” no fue fácil . Recuerdo de esas largas reuniones de análisis del plan de estudio y los programas de las distintas asignaturas, con la activa participación alunas y académicos de las diferentes disciplinas. Aún hoy día, cuando me encuentro con alumnos que participaron en ese proceso, surgen recuerdos vividos, destacando el cambio ocurrido en la visión de la profesión y el exitoso camino que han recorrido en sus vidas.

La influencia de este proceso de cambios, tuvo una proyección más allá del ámbito nacional. La Escuela de Nutrición de Chile se transformó en el referente para otras escuelas de América Latina, presentando asesorías solicitadas por OPS. Entre ellas a la Universidad ed Salta, que estaba creando la carrera y donde conocimos a Cecilio Morón, que posteriormente ocuparía en Chile un importante cargo de la FAO.

En el convulsionado período del gobierno de la Unidad Popular, el Dr. Valiente surge como un líder potente, que respetando ideologías antagónicas, nos permitió convivir, durante todo ese difícil período en el Departamento, poniendo pluralismo y respeto por las ideas de los otros, lo que era muy bien valorado por otras instancias de la Facultad.

Sin embargo, también fue un período de alta productividad y d estrecha convivencia de la comunidad universitaria. Recuerdo las fiestas de Navidad con unas producciones dignas de especialistas: figuras gigantes, despliegue de disfraces, adornos en los pasillos de la Facultad y con una amplia participación de todos los funcionarios, estudiantes y familias. Claramente el Departamento de Nutrición de esos años era una institución eminentemente femenina con activa y entusiasta participación de las mujeres que lo conformaban y por ese sello particular que el Dr. Valiente le imprimía.

Simultáneamente en esos años se había iniciado en el Departamento de Nutrición el Programa de Capacitación de Pedagogía Universitaria en Nutrición(PROCAPUN) que continuaría hasta los años 1974 y 1975, y que permitió formar como docentes a numerosos equipos de profesionales de otros países de América Latina y de las Escuelas de Nutrición de las sedes regionales de la Universidad de Chile, en ese período Universidad Nacional, rango que le sería confiscado por la dictadura militar a comienzos de los 80´s.

Este programa fue muy exitoso, no sólo por el aporte a la mejoría de la enseñanza de nutrición sino también por los vínculos nacionales e internacionales que le permitieron al Dr. Valiente realizar múltiples consultorías y transformarse en referente para otros programas de entrenamiento. Su oficina y su casa se fueron transformando en un museo con inolvidables recuerdos y regalos de muchos viajes que realizaba. Recuerdo a grandes amigos como Enrique Mariscal (argentino, profesor, filósofo y hoy prolífico escritor) Omar Romo, docente de docentes de la Universidad Católica, aún en ejercicio, y tantos otros que surgen en los recuerdos.

El 11 de septiembre significó para el país así como para todos nosotros, un profundo quiebre. Un antes y un después. Aquí surge el Dr. Valiente, valiente, protector y defensor. Recuerdo una mañana en octubre del 73 frente3 a la Embajada de Argentina, tratando de ayudar a una colega a encontrarse con su marido que había ingresado a la Embajada unos pocos días después del 11 de septiembre. Intento fallado. Después de gestiones que nunca conocí en detalles logró a través de la Iglesia o las Iglesias, no sé cómo, contactar a Samuel Nalegach, secretario ejecutivo del Comité Nacional de Refugiados (CONAR) que3 en conjunto con AQCNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados), tenía la misión de ayudar a salir del país y reunir a las familias fuera de Chile. En algún día que no recuerdo con exactitud, la fuimos a dejar a una casa en la Av. Ricardo Lyon, cerca de Carlos Antunes , en la experiencia emocional más fuerte de mi vida. Sólo para graficar el ambiente puedo mencionar que con el Dr. Valiente nos turnamos para salir a la calle a llorar y aparecer frente a nuestra amiga con la fortaleza necesaria para generar una tranquilidad que ninguno de los cientos que ahí estaban tenía. La casualidad de la vida me llevó hace pocos años atrás a trabajar en el Ministerio de Salud con Paz Nalegach, hija de Samuel y poder acompañar en la enfermedad de él y asistir a su funeral, junto con el Dr. Valiente.

Eran tiempos que llamaban a retraerse, pero él se expuso. Supe parcialmente de sus andanzas, yo también había dejado la Universidad para irme a ser dueña de casa y recuperarme de los malos tiempos que se viven en la Facultad y en el país, después de septiembre del 73. En esos tres años y medio, en que estuve fuera de la Universidad, nos vimos poco y tampoco contaba mucho, era una forma de protección para todos nosotros. En esos duros y peligrosos tiempos, realizó una visita a sus colegas médicos en el campo de detenidos de la antigua salitrera de Chacabuco. De allí me trajo un trozo de madera tallada con un paisaje de ese lugar, con la firma de “Javier 1974”. Regalo que él sabía muy valioso para mí, testimonio que hasta hoy ocupa un lugar destacado en mi casa.

El año 1975 deja el Departamento, después de discrepancias y múltiples dificultades con las nuevas autoridades designadas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Inicia otra etapa al migrar al INTA donde Fernando Monckeberg lo recibe cordialmente. Este cambio no fue menor y por tanto no fue fácil. Ya en en INTA, una institución dominada por el género masculino en su accionar, competitiva y quizás menos acogedora en el plano emocional, fue generando vínculos y amistades, nuevas ideas y desafíos, siempre imprimiendo su propio sello afectuoso y solidario.

El INTA ganó con su llegada. Participa activamente en la creación de Magíster de Planificación en Alimentación y Nutrición, que permitió la graduación de los primeros Magísteres nacionales para las nutricionistas. Estos profesionales fueron el grupo mayoritario dentro de los graduados, tanto chilenos como extranjeros, que vinieron a fortalecer la profesión y la enseñanza en sus respectivas universidades.

El Magíster así como los cursos CIVAN (Curso Internacional de Vigilancia Alimentaria Nutricional, trajeron a Chile nutricionistas, médicos, economistas, agrónomos, psicólogos, veterinarios y otros profesionales, de prácticamente todos los países de América Latina y El Caribe. Eventos que con seguridad, les recordarán la siempre calurosa acogida brindada a los alumnos por el Dr. Valiente.

Luego de varias generaciones de egresados fue necesario iniciar jornadas de evaluación del Magíster, impulsadas y dirigidas por el Dr. Valiente para ir reorientando y modificando la malla curricular, de acuerdo a la experiencia práctica de los distintos grupos de egresados. Cada una de esas ocasiones convocaban a personas que reconocían en él al amigo y consejero, además abierto a recibir la crítica y también humilde al elogio.

En lo personal recuerdo vividamente su fuerte apoyo cuando fui exonerada de la Universidad de Chile por el Rector Delegado de la dictadura, Federico. Junto con las múltiples cartas que escribió solicitando se me levantara tan injusta sanción, me impulsó y ayudó a programar una estada de casi 4 meses en Costa Rica, en el prestigioso INCAE (Instituto Centroamericano de Administración de Empresas) a través de una beca Universidad Naciones Unidas (UNU).

Estaba convencido y recomendaba realizar estudios en el extranjero, en especial en este período de gran turbulencia en la Universidad de Chile. El paso por el INCAE fue una experiencia muy dura, de gran aprendizaje y que significó un cambio en la forma de hacer y pensar que me marcó para siempre., Compartimos con Judith Salinas esas estresantes vivencias. Mi amistad con ella iniciada en el INTA y formalizada en el INCAE, me ayudó a llegar al Ministerio de Salud varios años después.

Con estas pinceladas de mis recuerdos del Dr. Sergio Valiente Berenguer, espero que se aprecie en una justa dimensión su legado, sus vínculos personales con tanta gente, su ayuda siempre solidaria en especial enfrente a difíciles momentos, las amistades surgidas en el trabajo diario y conservadas en el transcurso del tiempo, la apertura de nuevos caminos, el compartir sueños y trabajar futuros.

Difícil encontrar un final, posiblemente porque el fin no existe, mientras permanecen los recuerdos..

Teresa Boj Jonas

Antecedentes biográficos:

Médico cirujano. Nació en Santiago el 23e de enero de 1928. Sus padres fueron Juan y Rosa. Su esposa la médico Gloria Toriello, compañera de curso. Sus hijos, Gloria y Rodrigo.
Estudió en el Instituto Nacional y en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Se tituló en Diciembre de 1952. Su Tesis: “Reacción Bi-Coloreada para el diagnóstico de la sífilis”.
Tuvo una larga vida académica; se inició como ayudante de la Cátedra de Higiene del Dr. Hernán Romero. En 1959 pasa a ser profesor encargado de Curso de la misma Cátedra. Profesor encargado de Curso de la Cátedra de Alimentación del Dr. Julio Santa María, Escuela de Salubridad de la Universidad de Chile. Médico del Servicio de Medicina , Prof. Dr.Rodolfo Armas Cruz, Hospital San Juan de Dios, Departamento de Nutrición y Diabetes, Sub Jefe de ese Departamento. Ejerce libremente su profesión en su especialidad de Nutrición y Diabetes. Socio de la Clínica de Nutrición y Diabetes con los Drs. Gloria Toriello, Gabriel Lobo Parga y Manuel García de los Ríos.
En 1954 viaja a EE UU, becado por la Fundación Doberty, Clínica de Joalin (Diabetes) y Universidad de Harvard Boston Mass , (Nutrición).
En 1960 viaja a EE UU a presentar trabajo al V Congreso Internacional de Nutrición, celebrado en Washington, en Septiembre de ese año, en representación de la Escuela de Salubridad.
Secretario de la Fundación de Investigación y Perfeccionamiento MédicoSan Juan de Dios.
Director del Boletín del Hospital San Juan de Dios.
Autor de numerosos trabajos científicos, de su especialidad, publicados en Chile y EE UU.
Miembro de la Sociedad Chilena de Nutrición, Bromatología y Toxicología, Sociedad Chilena de Diabetes y Enfermedades Metabólicas (Fundador) y Sociedad Chilena de Salubridad.. (Fte:Diccionario Biográfico de Chile. Duodécima Edición).

Testimonios de Rolando Chateauneuf

Son muchas las cualidades que hay que destacar de Sergio Valiente:

1. Fue un gran formador de equipos. Siempre estuvo rodeado de muchos colaboradores a los que junto con darles oportunidades de desarrollo, los alentó a escribir ya fueran artículos, componentes de libros e incluso libros.
2. Gran impulsor de la docencia universitaria, Se destaca en los postgrados. Tuve muy estrecho contacto con el Magíster del INTA en Planificación Alimentaria y Nutricional, en el que me hizo responsable de varias asignaturas y mi designación por un par de años de su coordinación.
3. Dentro de las iniciativas que recuerdo fue la de incorporar componentes alimentarios y nutricionales en la formación del Ingeniero Agrónomo. El Dr. Valiente llevó esta iniciativa adelante con la valiosa cooperación de la Agencia Internacional para el Desarrollo, dependiente del Gobierno de los Estados Unidos.
La P. Universidad Católica de Chile aceptó esta iniciativa y fue allí donde se hizo el primer curso, que permitió generar una valiosa documentación. Ello después se extendió a otros países. A pesar de ser académico de la U. de Chile, el Dr. Valiente no tuvo escrúpulos en desarrollar ese primer curso en esa otra Universidad, que dio acogida a la iniciativa.
4. Se caracterizó por estar siempre preocupado de organizar Cursos Internacionales. Me tocó trabajar estrechamente con él desde Naciones Unidas en el Curso Internacional en Políticas de Alimentación y Nutrición (CIPAN), que fue todo un éxito, basado en sus aptitudes de organizador, en su capacidad de captar recursos financieros, en sus contactos internacionales para lograr alumnos y docentes. Teresa Boj menciona en particular el CIVAN, Curso Internacional de Vigilancia Alimentaria y Nutricional.
5. Cabe destacar su espíritu innovador en la docencia. Recuerdo especialmente cómo motivaba a los alumnos de esos cursos internacionales para que rindieran exámenes y con ello obtuviesen créditos para el Magíster. Se buscaron sistemas ágiles, para que los candidatos a magísteres del extranjero pudiesen obtener créditos en sus propios países.
6. Me impresionó el aprecio que en distintos países le tenían las nutricionistas al Dr. Valiente. Para muchas de ellas era un verdadero ídolo. Ese reconocimiento sin dudas era merecido.
7. Me impactó cómo lo afectaron dos fallecimientos de personas que él mucho estimaba. La muerte del Presidente Frei Montalva se conoció en momentos en que se desarrollaba la fiesta final de uno de los eventos internacionales; él abandonó de inmediato el acto. Fue impresionante ver su reacción cuando falleció ese gran académico Abraham Steckel, a quien el INTA mucho le debía tanto como académico como por ser el gran administrador financiero; lo vi con una amargura y con llanto; nos decía que con este alejamiento el Instituto se daña profundamente.
Sergio Valiente tenía una condición especial, del reconocimiento a personas capaces que él admiraba. No cabe duda que la muerte de Eduardo Frei Montalva fue una pérdida inmensa para Chile, como lo fue el fallecimiento de Abraham Steckel para el INTA.
8. Supo formar equipo con grandes académicos, debo mencionar especialmente a Ricardo Uauy y a Fernando Monckeberg. Ello condujo a llevar adelante muy meritorias acciones académicas. Cabe destacar la lealtad casi extrema que tuvo hacia Fernando Monckeberg.
9. Él siempre fue un gran anfitrión. Muchos actos sociales se efectuaron en su acogedora casa de Isabel La Católica en Las Condes y en su casita del barrio médico de Algarrobo.
10. En mi vida profesional y académica yo tuve a un gran colaborador. Éste fue el Ingeniero Agrónomo Fernando Espinosa Fuentes. El fue un gran extensionista agrícola del Ministerio de Agricultura y posteriormente en la Corporación de Fomento de la Producción, donde fue Agente en la Cuarta Región y posteriormente Jefe del Departamento de Créditos Agrícolas, hasta el término del Gobierno de Frei Montalva. Durante el Gobierno de Allende pudo seguir en la Corporación en un ambiente más difícil, hasta que llegó el Gobierno Militar, en el que al poco tiempo ingresa la ideología neoliberal aportada por los civiles e impuesta por el General Pinochet, con lo que se concretiza la expulsión masiva de profesionales y de otros funcionarios; así pierde CORFO a ese meritorio profesional. Fernando Espinosa por muchos años me colaboró en docencia en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Chile y un par de años en el Departamento de Desarrollo Rural de la P. Universidad Católica de Chile. Lo recomendé al INTA donde tuvo una grata acogida y dio una valiosa colaboración. Trabajó en estrecho contacto con el Dr. Valiente; entre ellos se generó una estrecha y sincera amistad que perduró hasta la muerte.
11. Una de sus actitudes que me impresionó fue su poco apego al dinero y a la obtención de ingresos. Se dio por entero a la Universidad, sacrificando su especialidad que le podría haber significado importantes entradas. Supe que pasó estrecheces económicas, y sin embargo estuvo dispuesto a ayudar incluso con dinero a sus colaboradores en momentos difíciles de ellos. Qué distinto a tantos académicos y hombres públicos de hoy. Posiblemente contribuyó mucho a ello el pertenecer a una generación con otros valores; sin duda el haber estudiado en un liceo fiscal sin costo y en una universidad que seleccionaba a los alumnos por su capacidad junto a poder cursar una carrera y una especialidad sin tener que pagar aranceles, motivan actitudes posteriores distintas. También el haber sido formado por maestros de grandes valores y que eran admirados por sus discípulos, junto a lo antes señalado, contribuyó a que se generase tantos profesionales como el Dr. Valiente, comprometidos con la sociedad. Lamentablemente qué distante estamos hoy de aquello.
12. No puedo dejar de manifestar que en esos tiempos el INTA, en los difíciles momentos del Gobierno Militar, mantuvo una amplia apertura ideológica. Cuando una institución está dirigida por personas meritoria, sus autoridades no tienen miedo a que se incorporen colaboradores capaces de las más diversas ideologías, lo que habitualmente no se da. Se busca a los más capaces y de mayores valores. En momentos en que los recursos financieros eran escasos y no se entregaban lo suficiente para reajustar las rentas en los niveles que correspondía, se prefirió enfrentar un sacrificio colectivo y no eliminar colaboradores capaces, para mejorar rentas a los que quedaban, como pude observar en otras facultades. Debo reconocer que en mis más de cincuenta años de vida académica, los que más aprecié fueron los que tuve en el INTA y los de la época de la vieja universidad, de la antigua democracia.
Los valores del Dr. Valiente se identificaban mucho con los que existía en ese INTA y por ello creo que fue su tremendo aprecio a este Instituto.
Creo que conviene recordar, que cuando ingresé al INTA, al terminar mi trabajo en ese proyecto interagencial de Naciones Unidas, fue invitado mediante la visita a mi hogar, por los profesores Ricardo Uauy y Sergio Valiente. El ofrecimiento de renta era muy bajo, pero eso no evitaba la formalidad de su ingreso. Para poder incorporarme debí seguir el trámite de ser entrevistado por dos destacados académicos, uno de ellos fue el Dr. Francisco Mardones Restat.

Recuerdo como si fuera hoy su despedida de académico en la Casa Central de la Universidad de Chile. En un concurrido acto con heterogénea concurrencia, la comunidad universitaria, especialmente la del INTA, le dio un conmovedor adiós. Nos encontramos allí muchos, que desde hacía varios años no nos veíamos.

Por muchos años mantuvimos una costumbre, los académicos o exacadémicos que habíamos ya cumplido los 60 años, nos reuníamos en un fraternal almuerzo, la primera semana de septiembre para celebrar la pasada de agosto. Cada año alguien se incorporaba y teníamos nuevas ausencias por enfermedad o muerte. El gran impulsor fue el profesor Marcos Perreta; su alejamiento interrumpió ya hace varios años esta tan agradable convivencia.

Mucho más se podría recordar del Dr. Valiente y del INTA. Quizás si para ser lo más objetivo posible, no debe dejar de mencionarse su no fácil carácter que se manifestaba en algunos momentos, como bien señala Teresa Boj, la tozudez de su ancestro catalán.

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5 comentarios

  1. Estimadísim@s tods@; no puedo dejar de sumarme a las remembranzas y emociones que despierta el recuerdo del Doctor Sergio Valiente Berenguer. Yo fuí una más (aunque él, a cada una y cada uno nos hizo sentir únicas y únicos), de las muchísimas personas afortunadas de ser primero, su díscipula y después, colaboradora en uno de los cuantiosos equipos de trabajo que conformó. Como añoré en los últimos tiempos de mi desarrollo profesional; su transparencia, su tremendo talento de; tirar p´arriba y hacer crecer a las personas, e innegablemente lo más destacable; la humildad de su sabiduría y la ternura en el trato. Todo ello escaso en nuestra cultura actual de; secretismos, maltrato, discriminaciones de todo tipo y doble estándar, donde tenemos que aprender a; mirar debajo del agua, caminar como pisando huevos y a leer entre líneas. Me cuesta acostumbrame vivir día a día, como marginal, a la defensiva, a ser tachada de polémica o conflictiva en lugares en los cuales no está permitido hacer presente y claramente los errores o fallas del «sistema». Vicente Huidobro dijo;» ….existen los hombres y los hombrines…» no cabe duda; el Doctor Valiente le hizó gran honor a su nombre, fué un gran y auténtico Valiente Hombre, libre pensador y preclaro para compartir con, y guiar a más de un par de generaciones de personas de este país, en el ámbito que lo apasionó, la salud pública, la alimentación y la nutrición.

    Mónica Patricia Jiménez Muñoz
    Sent from Providencia, RM, Chile

  2. 2 de agosto de 2009

    Estimada Mónica: Muy hermosas tus palabras. Tu caso y tus expresiones reflejan muy bien las cualidades del Dr. Valiente; no somos pocos los que recibimos de Sergio su apoyo, muchos conocimientos y experiencias y apreciamos en él la importancia de los valores que ayudó a trasmitir.

    Roalndo Chateauneuf

  3. Rolando Chateauneuf, Teresa Boj, queridos amigos/as:

    Con gran emoción y gratitud leí las notas recordando los buenos tiempos del inolvidable Sergio Valiente.
    Fueron años de vida intensa, donde la amistad y el servicio tejían redes de aprendizaje y de entrega. Haber compartido esos años con todos ustedes fue para mí mágico.
    Mi reconocimiento a los amigos/as chilenos es enorme. Recordar ahora a Sergio, Gloria, su familia y equipos de trabajo, es permitirse en la distancia un abrazo de almas.
    Las tormentas represoras no han conseguido hacer mella en nuestros sueños de vida más abundante. Hay mucho dolor en el mundo como para declinar . Fue un regalo encontrarme con esta página un domingo lluvioso de Buenos Aires.
    Estoy terminando para Grijalbo, Madrid, mi libro «Cuentos para regalar a personas apasionadas»que se publicará en el 2010 en mi colección de 9 títulos: «Cuentos para regalar», bien aceptada por el público español. Tal vez escriba algo sobre Sergio y su grupo.
    Enrique Mariscal

  4. Vienen a mi memoria recuerdos hermosos de mi estancia en Chile, como alumno del Diplomado en Vigilancia Alimentaria y Nutriacional, impartido en el INTA en 1985 , bajo la conducción del Dr. Valiente .
    Amistades, experiencias y enormes emociones llegan a mi mente con la lectura de hermosos comentarios que brindan al Dr. Valiente. Como alumno agradecido con él les comparto la gran experiencia que tuve, por la oportunidad que me dió al cubrir una inasistencia de un asesor de la OPS que no pudo cumplir con el compromiso que tenía en la universidad Católica, y el Dr. Valiente con la sencillez que le caracterizaba me invitó a participar como conferencista en dicho evento; la distinción de la que fuí objeto y la gran experiencia que tuve, la llevo muy guardada en mi memoria, como algo muy hermoso, gracias al detalle del Dr. Valiente. Me decía que yo era «un buen gallo mexicano», me premió con una invitación que me hizo para participar en el INTA durante tres cursos como maestro en Administración de la Vigilancia Epidemiológica Nutricional, actividades que reaizaba en aquel entonces en México, con honorarios de la OMS, actividades que no pude cumplir por los compromisos que tenía en mi país. Viví momentos muy halagadores en Chile , gracias al Dr. Valiente, que hicieron que invitara a mi esposa a presenciar tales distinciones. Tengo en mi memoria infinidad de recuerdos del Dr. Valiente , todos entrelazan momentos de aceptación a los vertidos por los demás compañeros que escriben en este artículo y que tuve la oportunidad también de tenerlos como maestros, Gracias a todos por los conocimientos que me brindaron y al Dr. Sergio Valiente mi reconocimiento eterno por su calidad humana, capaciad frofesional y entrega absoluta a las tareas que le confirieron. Donde quiera que se encuentre muchas gracias por lo que me dió.

  5. 5 de febrero de 2013
    Estimado Dr. Villasana: Gracias por su hermoso mensaje de recuerdo y agradecimiento. Lo he trasmitido a su hijo Rodrigo y a la nutricionista Teresa Boj, una de sus más reconocidas colaboradoras, hoy Directora de la carrera de Nutrición de la Universidad de Chile. Atentamente. Rolando

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