Medicina natural, actualidad y economía

Un breve reconocimiento a ese gran ingeniero agrónomo chileno Jacques Chonchol recientemente fallecido

Ha muerto uno en mi opinión de los más valiosos ingenieros agrónomos de Chile, doctor en Viticultura y también en Ciencias Políticas de la Universidad de París. Un profesional muy capaz y altruista. Los que trabajaron con él mucho le estimaron. Yo tuve la oportunidad de bastante conocerlo primero como director del Departamento de Economía Agraria del Ministerio de Agricultura en el Gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, presidente que le dio un reconocido apoyo al desarrollo de la agricultura chilena.

Conocí bastante de cerca su labor en ese departamento del Ministerio de Agricultura. Fue el impulsor de una valiosa publicación titulada Quinquenios de la Agricultura Chilena. Producto de un esfuerzo conjunto de sus profesionales y técnicos.

Impulsó la creación de la Sociedad Chilena de Economistas Agrarios; fue su primer presidente y a mí me tocó sucederlo en la presidencia; él no pretendió perpetuarse en el cargo. Sus méritos lo llevaron a la CORFO y posteriormente a Naciones Unidas. Me correspondió en parte ir ocupando lugares que el iba abandonando.

Supe que desde muy joven dio, apoyo a los mineros de Arauco en sus movimientos gremiales, y a mi parecer, su actuación hizo llevarlo a la consideración de un hombre peligroso para la Derecha chilena. Algo de eso me informó ese gran abogado, amigo mío, Jorge Rogers Sotomayor; profesor paralelo de la carrera de agronomía de la Universidad de Chile.

Tengo entendido que Chonchol, siete años mayor que yo, fue dirigente estudiantil en la carrera de Agronomía en la U. de Chile y fue uno de los que logró la existencia de profesores paralelos, que eran destacados profesionales con formación más actualizada, que la Facultad de Agronomía los autorizaba a hacer docencia, sin tener la calidad de académicos empleados de la universidad.

El Mercurio del día siguiente de su muerte presentó una larga información de su vida; se ve que el decano de la prensa tenía mucha información recopilada sobre él.

En el Gobierno de Eduardo Frei Montalva me tocó bastante participar en la política de desarrollo agrícola. Me correspondió formar parte del grupo de profesionales del nivel superior. Los grandes líderes del equipo eran los demócratas cristianos Hugo Trivelli Francolini, Jacques Chonchol Chait  y  Rafael Moreno Rojas, en orden decrecientes de edades.

Yo tuve participación previa a la elección del Presidente Frei Montalva, en la formulación de su programa de gobierno especialmente en el tema de la comercialización y precios agrícolas, como también en políticas de planificación del desarrollo. Yo no era militante de la DC, sino sólo simpatizante. Tuve la oportunidad de intercambiar ideas con ese gran economista de prestigio mundial que fue Jorge Ahumada.

Uno de los temas primeros que se abordaron después del triunfo electoral de Frei Montalva, fue el de la reforma agraria. Recuerdo que hubo una reunión muy importante de los tres líderes, Trivelli, Chochol y Moreno, con el presidente de la República para definir quién iba a dirigir la Corporación de la Reforma Agraria (CORA). Se presumía que iba a ser Chonchol, pero no fue así. Aparentemente el Presidente lo vetó. Se eligió a Rafael Moreno. Chonchol quedó para ser Director del Instituto de Desarrollo Agropeciario (INDAP).

Es conveniente precisar que la reforma agraria tuvo tres componentes importantes, uno fue el de las expropiaciones agrícolas y su posterior relación con el campesinado beneficiado con esas tierras a cargo de la CORA. Los otros fueron la sindicalización campesina y el cooperativismo del campesinado, esta dos últimas tareas fueron de la responsabilidad del INDAP.

A mí me correspondió asumir inicialmente la dirección de la Oficina de Planificación Agrícola (ODEPA). El modelo de desarrollo de la planificación estaba constituido por una Oficina Nacional de Planificación de apoyo a la Presidencia de la República y por las oficinas sectoriales de gran parte de los sectores económicos encabezados por ministerios. Excepción era el sector industrial, que no tenía ministerio, por ello quedaba bajo la responsabilidad de la CORFO.

Otro componente del sector agrícola, creada por el Gobierno de Alessandri, era la Gerencia Agrícola de CORFO, cuyo nombramiento de gerente era de responsabilidad de CORFO, la que dependía de otro ministerio.

A mí se me generó un problema bastante especial. Estando a cargo de la ODEPA en formación, se produjo la renuncia del Gerente Agrícola de CORFO, distinguido abogado Ismael Edwards Izquierdo. La CORFO era presidida por Raúl Sáez Sáez, destacado ingeniero civil; él quería que yo asumiera ese cargo; en esos momentos yo era ingeniero agrónomo funcionario de carrera de esa corporación.

Por otra parte, el ministro de agricultura, Trivelli,  quería que yo siguiera de director de la ODEPA. Como también lo quería el Director Nacional de Planificación, el ingeniero comercial Álvaro Marfán Jaramillo. No así el Ministro de Economía, de quien dependía CORFO.

Frente a esa situación, no era fácil para mí definirme por una de las alternativas. Por ello planteé que el Gobierno decidiera. El Presidente Frei hizo por CORFO; habría dado como argumento que era más fácil formar un planificador que no, un ejecutivo. Hubo algunas molestias por el fallo presidencial.

Por ley, como Gerente Agrícola, era componente del sector agrícola. Y en la ley se establecía que como Gerente Agrícola debía ser componente del Consejo de INDAP.

 

Tengo dos experiencias interesantes que me llevaron en parte a pequeñas diferencias o conflictos con Chochol.

En esa condición de consejero de INDAP, me correspondió pronunciarme en su Consejo sobre un proyecto de acuerdo para comprar una pequeña planta de vinificación, que entiendo era para aportarla a una cooperativa.

En la votación, fui el único que no estuve de acuerdo con esa iniciativa, sin rechazarla, pero absteniéndome de votar a favor.

Para sorpresa mía, una editorial principal del diario El Mercurio, critica esa adquisición y destaca que yo me haya abstenido de darle su apoyo. Me extrañó ese editorial, se ve que alguien le informó al diario, lo que en el fondo no era un tema muy importante. Al parecer la operación finalmente no se concretó, habría tenido algunos problemas administrativos o de procedimiento.

Yo me abstuve porque era política de CORFO respaldar a las grandes cooperativas regionales de vinificación, que recibían un especial apoyo financiero gubernamental.

Frente a lo sucedido, un periodista experimentado del El Mercurio me entrevistó. Yo le expliqué lo sucedido y él me informó que le habían entregado una amplia información histórica sobre Chonchol. Con ello, capté que habría una especial vigilancia de este profesional, que sería considerado como peligroso.

Ofrecí a Chonchol dar mi explicación por las razones en que se basó mi pronunciamiento, pero él estimó que no fuera necesario.

 

Un segundo tema de controversia fue el relacionado con una planta elaboradora cecinas, programada anexa al moderno matadero que se construyó en la ciudad de Puerto Mont.

La política de CORFO era para entregarla a la cooperativa agrícola regional y Chonchol trataba de que ella se entregara a una cooperativa campesina. Mucho lo discutíamos latamente por teléfono. Eso era ya a fines del gobierno del presidente Frei Montalva. Finalmente llegamos al acuerdo de no definir su destino y dejar la decisión para el gobierno venidero. No supe más del tema.

Era impresionante con el tesón con que luchaba Chonchol, respetuosamente, por lo que él consideraba conveniente. En este caso, era dar especial apoyo a una cooperativa campesina.

Un enfoque que mucho se le criticó a él fue el de que una reforma agraria, en el tema de las expropiaciones, debía ser un proceso muy rápido. Al ver como se desarrolló el caso de Chile, pienso que tenía razón. Considero que lo lento que fue el proceso expropiatorio chileno, fue perjudicial.

Recuerdo que un destacado empresario agrícola de Aconcagua, anhelaba que, si le iban a expropiar su predio, lo hicieran lo antes posible. Él pensaba que con la reserva de las 80 hectáreas de riego básico podía seguir con su extraordinaria empresa agrícola. Mientras tuve información, la expropiación fue solamente una amenaza. De repente yo tenía la impresión de que se deseaba crear inquietudes a los empresarios.

Con respecto al tema de las 80 hectáreas de riego básico, pienso que yo fui quien influyó en esa característica. Estuve ligeramente participando con especialistas en reforma agraria en que participaba a lo menos un experto de FAO. Yo era del planteamiento que el empresario quedase con un tamaño necesario para que él directamente, trabajando con sus trabajadores, pudiera llevar adelante su empresa, sin necesidad de administradores o capataces. Sobre esa base, se justificaba ese tamaño.

El latifundio tradicional habitualmente tenía al propietario lejos de su predio, el que era manejado por un administrador y otros subadministradores o capataces. Se caracterizaba por poseer a los llamados inquilinos que vivían en el predio, que disponían de casa y de un pequeño huerto propio, y, habitualmente de talaje para a lo menos un animal. La obligación de cada inquilino era entregar diariamente el trabajo de una persona, podía ser él, un familiar o simplemente un allegado.

Era común la presencia de obreros que vinieran desde fuera, habitualmente en períodos de mayor demanda; eran los llamados “afuerinos” que vivían temporalmente en un galpón de la propiedad, como en una especie de vida de campamento.

El latifundio tenía habitualmente una agricultura poco intensiva. Era corriente que el latifundista tuviera el beneficio de poder obtener créditos bancarios a  interés menor a la tasa  inflacionaria, lo que le daba beneficios adicionales. Era época en que todavía no se tenía el crédito reajustable.

Un par de veces acompañé a terreno al equipo de gobierno integrado por el Ministro de Agricultura, los jefes de la CORA y del INDAP. Recuerdo un encuentro en un teatro de Puerto Mont, repleto de campesinos. Hubo discurso de las tres autoridades del ministerio. Fueron palabras muy aplaudidos. El menos elocuente, el más sencillo, fue el de Chonchol; pero me dio la impresión que fue el que mejor gustó a los asistentes.

En otra oportunidad fui con el equipo agrícola a La Serena; tuvimos un encuentro con el campesinado en el terreno agrícola. Me impresionó la enorme cantidad de campesinos asistentes. Sin dudas el campesinado chileno daba un gran respaldo al equipo del gobierno del Ministerio de Agricultura.

Mucho se ha criticado a la reforma agraria chilena. En mi opinión algunas críticas son justificadas. Entre ellas, su sistema de financiamiento. El pago de la expropiación se hacia a plazos diferidos y en algunos casos de predios más manejados, con deudas a largo plazo y sin reajuste; puede considerarse que ello, de alguna manera, fue una apropiación de patrimonio privado.

Tampoco a los campesinos beneficiados se les entregó la responsabilidad de desarrollar decisiones propias. Hubo dos posiciones en cierto modo ideológicas, una de la entrega de parcelas individuales por familias y la otra, de mantener una empresa comunitaria. A la organización se le designó la designación de “asentamiento”. Jurídicamente se constituyeron en una organización denominada “Sociedad Agrícola de Reforma Agraria”, con la sigla “SARA”. Corfo hizo préstamos a algunas de ellas para la realización de inversiones, si mal no lo recuerdo, especialmente para plantaciones frutales. Se esperaba que a los cinco años se definiera su futuro, ya fuese con parcelas individuales o bien un sistema cooperativo integral.

La CORA acostumbraba pagar al asentado un salario diario por día trabajado. Desconocí si después de hacer el balance, se les devolvía los posibles excedentes. Fue criticado el que no se dieran a conocer oportunamente sus resultados.

Supe de un asentamiento que habría dado buen resultado en la zona del río Aconcagua. Cada campesino con su parcela era mediero con la dirección del asentamiento, esto estimulaba a una buena gestión, ya que con ella favorecía su ingreso familiar.

La CORA en general mantuvo el sistema de asentamiento.

 

Reforma agraria sin que se reduzca el valor de la producción agrícola.

Ha sido tradición que, frente a los inicios de una reforma agraria, la producción agrícola del país baje, lo que no sucedió en Chile. Presumo que varias causas contribuyeron a ello. Entre éstas que los predios expropiables eran preferentemente los de más baja productividad, ello motivaría que en algunos predios se produjo un manejo más intensivo. Otra razón, es que en general se desarrolló una buena política agrícola para la agricultura tradicional comercial y también pudo haberlo sido la mayor producción campesina derivada del apoyo dado por INDAP.

Algo final para recordar. En CORFO, especialmente a través de la Gerencia Agrícola, se otorgaba importantes préstamos para la agricultura comercial, destinados a financiar inversiones. Incluso se hizo con asentamientos a través de la CORA.

Los créditos se aprobaban finalmente en un Comité Ejecutivo Agrícola constituido inicialmente con representación mayoritaria de las organizaciones agrícolas empresariales. Posteriormente se cambió y se dejó mayoría de representantes de las instituciones públicas que eran el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), el INDAP y la CORA, además de CORFO.

Habitualmente a sus consejos no había alta presencia del sector público. Pero una vez se produjo una situación muy especial, en la sesión del Comité Ejecutivo Agrícola. Fue en los comienzos de mayo de 1969, al día siguiente del término de la Junta Nacional de la Democracia Cristiana, en que estrechamente ganó en ella la posición de Presidente Frei, derrotando a la de Rafael Agustín Gumucio, que lo motivó a renunciar al partido.

A esa sesión del Comité Ejecutivo Agrícola, asistió la totalidad de la representación pública, para rechazar todos los créditos que debían aprobarse en esa sesión. Para mí, fue un encuentro histórico, ver a toda esa representación agrícola pública, con la cual había estado muy relacionado, hasta amigos personales, rechazarme todo. En el fondo era un reclamo o una protesta al Gobierno de Frei.

Se presumía que todos esos representantes públicos iban a renunciar a la DC, pero no fue así. Sólo lo hizo Chonchol, después al parecer de tratar, junto a Alberto Jerez, de que Gumucio dejara de renunciar. Pero no tuvieron éxito y también renunciaron al partido para pasar a constituir el MAPU (Movimiento de Acción Popular Unitaria), fundado el 19 de mayo de 1969.

Pasando a otro tema

A Chonchol,  en el Gobierno de Frei, se le hizo una despedida en la famosa quinta de recreo Rosedal, ubicada en la Gran Avenida, a la que asistí. Lo extraño fue que esa noche llamaron a mi casa anunciando que se estaba quemando la sede de la Gerencia Agrícola de CORFO, en la calle Nueva York, en centro de Santiago. Yo entonces era el Gerente Agrícola.

Mi esposa llamó a un compañero de CORFO y amigo mío, dándole la noticia, quien fue al terreno y vio que no había problema alguno. Cuesta explicarse de ese llamado; no sé si hizo para saber si había ido a esa despedida o hubo alguna otra razón.

Muchos años después, en el Gobierno Militar, tuve en sus inicios un cargo importante en CORFO  el que dejé cuando llegaron los Chicagos al Gobierno y se me despidió. Un día en una conversación que tuve con el Vicepresidente de CORFO, General Sergio Nuño, cuando aún era funcionario de CORFO. me informó que les había llegado una denuncia de yo ser del MAPU; me dijo que me habían investigado, llegando a la conclusión que nunca lo había sido.

 

Es interesante conocer el futuro de Chonchol, quien no era marxista. El MAPU giró hacia el marxismo, lo que lo llevó a retirarse de este partido, para incorporarse a la Izquierda Cristiana, la cual también se orientó más adelante al marxismo.

En los inicios del Gobierno de Allende, Chonchol fue su ministro de Agricultura, en momentos muy difíciles del país.

Durante su ejercicio ministerial, las 80 hectáreas de riego básico, se redujeron a la mitad; se hizo una masiva expropiación de propiedades y además se fueron desarrollando tomas de predios agrícolas dentro de una profunda crisis política, económica y social del país.

En el Gobierno de Allende, a los dos años de su desempeño, dejó de ser ministro de agricultura. Desconozco las razones de alejarse del cargo.

Un profesional agrónomo en una conversación me informó que Chonchol había actuado para evitar las expropiaciones de las grandes viñas que podrían originar su debilitamiento. Me parece conveniente señalar que una de las especialidades de Choncho fue la vitivinicultura.

Posteriormente he leído una interesante entrevista que se le hizo cuando ya el tenía 91 años, eso fue 6 años atrás. En ella señala: Pero si bien con el gobierno de Allende se terminó el gran latifundio, quedaron algunas grandes propiedades que nosotros no expropiamos por razones que nos parecían obvias. Una, porque nos parecieron muy productivas y sobre todo porque se dedicaban a ciertas producciones que eran muy importantes desde el punto de vista del país. Por ejemplo, las grandes viñas. Nosotros no expropiamos las grandes viñas.

 

Algo más sobre Jacques Chonchol

El estuvo muy relacionado con Francia, con la Universidad de Paris. Él se doctoró en ella y además fue académico de esa destaca universidad.

 

Tras el Golpe Militar, se exilió y salió a Francia, donde se desempeñó como director del Instituto de Altos Estudios sobre América Latina, en la Universidad de París Regresó a Chile en 1994

 

Él propició en Chile un doctorado sobre el desarrollo de América Latina, con el apoyo de la universidad francesa. Este doctorado fue creado en la Universidad Arsis.

 

Tuvo acogida por varios profesionales que cursaron estos estudios; una académica de Ingeniería Forestal de la Universidad de Chile con quien hicimos docencia, lo siguió y lo aprobó. Se dieron situaciones muy especiales.

 

Por razones para mí desconocidas, a Chonchol se le marginó de la dirección de ese doctorado, al parecer cuando esta universidad quedó con dependencia del Partido Comunista.

 

Esa académica de Ingeniería Forestal me invitó a su examen de graduación. Para mi opinión se dio una situación muy desagradable. Su tesis fue nada menos que criticada por su profesor guía, a veces eso se da en no buenos docentes que tratan de lucirse mostrando que son superiores a su alumno. Afortunadamente aprobó el examen con una nota más baja a mi juicio de la que se merecía. Fue para mí deprimente estar presente en ese acontecimiento. Termina el examen, se retiran los que están presente para que delibere la comisión y después se nos invita a la entrega de los resultados. Yo estaba temeroso de que no probara; afortunadamente no fue así.

 

A raíz de lo sucedido, esta académica de Forestal me invitó a otro examen de grado de un compañero de estudios. Era un ingeniero ya de bastante edad, que había trabajado en un organismo financiero internacional a cargo de América Latina.

 

Llegué a la sala de examen sin que nadie hubiera. Al poco rato llegó un profesional a quien conocía en la Universidad de Chile como alumno y después como funcionario de CEPAL. Conversamos, él venía como invitado examinador externo. Le advertí lo que había sucedido en el examen anterior.

 

Al examen asistió la esposa del candidato al doctorado. El examen fue a mi juicio casi espantoso por el trato que se le dio al postulante, profesional de ya bastante edad y de gran experiencia en su materia. Las críticas a su tesis de grado fueron muy fuertes como también a sus respuestas y opiniones. El postulante salió de la sala de examen creyendo que incluso podría haber sido reprobado. Regresamos a conocer el resultado; el postulante le pidió a su esposa que no entrara a escucharlo temiendo su reprobación. Fue aprobado con una calificación mínima. El matrimonio se fue de inmediato, sin yo alcanzar a despedirme de él.

 

A raíz de estos dos doctorados, que iniciaron su posgrado a la tutela de Chonchol en su meritoria obra, decidí invitarlo a mi casa con la asistencia de los ya dos recibido. Esa fue la última ocasión que tuve de contacto directo con tan apreciado ingeniero agrónomo. Eso sucedió ya muchos años atrás. Pienso que para él fue un grato momento al informarse de la graduación de los dos que fueron sus discípulos y que en él confiaron.

 

Pasaron los años, y esa universidad dejó de existir, tras una serie de problemas que debió enfrentar y de que muchos estudiantes sufrieron serios problemas para terminar sus carreras profesionales.

 

Me ha parecido conveniente transcribir el siguiente artículo que con fecha 7 de octubre que conocí por internet. Se aborda ahí su intervención valiosa que tuvo en los valiosos esfuerzos por devolver tierras a los mapuches. Tema que no menciono mayormente en mi artículo.

 

 

7 octubre, 2023

Jacques Chonchol, in memoriam

 

Por : Nicole Salazar Vaillant Periodista, Máster en Comunicación Empresarial e Institucional de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Hoy queremos rendir un homenaje a este líder histórico, por su valentía y dedicación a su pueblo. Su legado perdurará como inspiración para las generaciones presentes y futuras.

La tarde del pasado jueves 5 de octubre, falleció a los 97 años Jacques Chonchol Chait, exministro de Agricultura del Presidente Salvador Allende, a quien tuvimos el honor de conocer en vida y compartir reflexiones sobre la historia de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena de nuestro país, como lo fue en el último Día del Campesino y la Campesina que conmemoramos el pasado 28 de julio en el Palacio de La Moneda.

Hasta sus últimos días siguió colaborando y aportando con una perspectiva transformadora para el desarrollo productivo, social y cultural del mundo rural.

Desde INDAP destacamos la profunda sensibilidad de Jacques Chonchol con el mundo campesino, quien, en su gestión como vicepresidente de nuestra institución, avanzó en distintas reformas para dignificar la vida de miles de campesinas y campesinos, como fue el avance de la Reforma Agraria y la Ley de Sindicalización Campesina.

Fue él quien llevó adelante el gran desafío de reintegrar las tierras que habían sido despojadas de las comunidades mapuche. Junto al Ministerio de Agricultura, se trasladó a Temuco durante un mes, desde donde realizó una serie de reuniones con las dirigencias mapuche para la restitución de tierras, la promoción del fomento agrícola y la lucha contra la discriminación de los pueblos indígenas.

Sabemos que siempre habrá resistencia a las agendas transformadoras, por lo que su legado ha generado distintas posturas. Antes del gran trabajo que nos dejó su gestión, en Chile existía un gran nivel de concentración de tierras, muchas de ellas sin ser desarrolladas. Muchos de los sistemas productivos presentes se sustentaban en la explotación laboral de sus trabajadores, con extensas jornadas de trabajo y una precaria remuneración (generalmente en especies). Es en este contexto donde la figura de Chonchol permitió avanzar en la dignidad del mundo campesino, promoviendo su organización en torno a derechos laborales e incluso alentando un importante proceso de alfabetización del campesinado.

Hoy queremos rendir un homenaje a este líder histórico, por su valentía y dedicación a su pueblo. Su legado perdurará como inspiración para las generaciones presentes y futuras.

Descanse en paz, Jacques Cholchol, que su espíritu nos siga guiando en la lucha por la justicia y los derechos de nuestro mundo rural

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4 comentarios

  1. Rolando. Me impresionó el relato que hiciste sobre Jacques Chonchol, a quien conocí muy poco en lo personal, pero muchísimo por el impacto ejemplar y su permanente dedicación a su obra profesional y la ejemplar labor por el desarrollo del país, siempre se destacó como Ingeniero Agrónomo y tenía muy grabado su nombre, junto al tuyo y los de otros valiosos profesionales chilenos. Desde La Paz un cordial y afectuoso saludo a tí y a tu digna esposa.

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