Medicina natural, actualidad y economía

Un tema de actualidad es si se puede evitar un golpe militar. El caso chileno de 1973. Inquietudes agregadas

Desgraciadamente al parecer cuando se llega a límites extremos, pasaría a ser inevitable. Posiblemente ese fue el caso de Chile en 1973. Según varias fuentes pudo evitarse; se estuvo a punto de que eso sucediese. Se demoró bastante lo que se debió hacer.

Una de las versiones que conocí más cercanamente fue la que el Presidente Allende el día lunes 10 de septiembre de 1973 diría un discurso ofreciendo su renuncia, si a través de un plebiscito el país se lo solicitase; supe que se habría preparado un discurso y a quien yo conocía, había contribuido a su redacción. Hay otras versiones que señalan que el discurso presidencial estuvo programado para días antes.

Se dijo que quien habría evitado u opuesto a aquello, fue Carlos Altamirano Orrego, rival político de Allende dentro del Partido Socialista.

Otra cosa que supe fue que Clodomiro Almeyda, entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Allende, llegó a Santiago viniendo del exterior, el 9 de septiembre de 1973 y le habría señalado al Presidente que en el único general que se podía confiar, era Augusto Pinochet. Al parecer hasta el día mismo del golpe, este general no habría decidido respaldar la intervención militar.

Por un general que conocí en CORFO después del golpe, me informé que él solo había sabido el domingo 31 de agosto que este estaba decidido para el martes 11 de septiembre, es decir, solamente lo supo diez días antes de que se produjo.

Cabe la duda sobre lo que habría acontecido si el Presidente Allende, el día 10 de septiembre, hubiera anunciado su decisión de llamar a plebiscito.

Otra versión se ha dado, que el anuncio se tenía preparado para el día mismo 11, lo que no podría haberse concretado ya que el golpe se inició a las primeras horas de ese día.

Pensar que pudo haberse evitado el golpe militar si el anuncio de la consulta plebiscitaría se hubiera podido anunciar un poco antes. Qué importante es tomar decisiones oportunamente.

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Me ha parecido conveniente hacer referencia a lo siguiente.

El profesor de Harvard y especialista en América Latina Steven Levitsky, politólogo estadounidense y coautor de «Cómo mueren las democracias», conversó, días atrás, con la Radio Cooperativa sobre la conmemoración del golpe de Estado.

Algunas de sus expresiones fueron las siguientes:

«Como ciudadano de un mundo comprometido con la democracia, hay que rechazar el golpe. Para mí eso no cambia el hecho de que debemos entenderlo y explicarlo«

En conversación con esa radio sobre los 50 años del derrocamiento del Presidente Salvador Allende, el profesor de Harvard consideró que «cualquier persona que quiere evitar un golpe de estado o evitar la ruptura democrática en el futuro, tiene que entender y entender bien las causas, los errores, las cosas que podría quizás haber hecho diferente o las condiciones sociales, económicas, políticas, institucionales que hicieron probable el golpe«.

«Si no entendemos fríamente por qué ocurrió el golpe, no estamos en buenas condiciones para evitarlo en el futuro. Entonces, sí, hay que explicarlo», sentencia.

Levitsky apunta, además, que «nada en el mundo político es 100% inevitable… ¿Se podría haber evitado? Sí, pero creo que dado el contexto internacional de la Guerra Fría, el nivel de extrema polarización entre derecha e izquierda en Chile, dado que llegó al poder a través de elecciones democráticas un gobierno socialista, marxista y obviamente el mucho, mucho miedo de los sectores conservadores… Dado el nivel de movilización popular, de campesinos y obreros tomando tierras, tomando fábricas y en muchos casos fuera del control del liderazgo político…Dado, en resumen, estas tres cosas: nivel de polarización, nivel de movilización social y el contexto de la Guerra Fría, era muy difícil evitarlo«.

«Jamás voy a decir que el golpe era inevitable, siempre se podría haber evitado, pero era realmente difícil de evitar», reflexionó.

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Me parece conveniente describir brevemente la situación en que estaba el país en ese tercer año del gobierno del presidente Allende. Para entonces yo ya tenía 40 años y conocía bastante de los problemas de la realidad chilena de entonces, difíciles de superar. Menciono los que creo más importantes

  • Estábamos en una muy elevada tasa inflación, cercana al mil por ciento anual.
  • Una parte muy importante de los productos más esenciales estaban con precios máximos fijados, lo que motivaba la existencia de un amplio mercado negro.
  • El modelo de Allende de estatizar algunos rubros pasó a ser incontrolable. El programa inicial consideraba que un número limitado de empresas deberían ser públicas, donde se destacaba toda la banca. Además, algunas empresas grandes comercializadoras de productos. La mayoría de las empresas privadas debían seguir como tales. Un número limitado de ellas en determinados rubros debían pasar a ser mixtas, pero con predominio en ellas del sector estatal. Pero el proceso pasó a ser incontrolable, y se llegó hasta estatizar hasta una fábrica de calugas.
  • Lo anterior se producía por el proceso de que en la estatizada se nombraba un interventor político de algunos de los numerosos partidos existentes. Había una lista de espera por partido político lo que motivaba que se fueran incorporando más empresas al Estado. La estatización se generaba a base de un resquicio legal, aprovechando una antigua ley, la del Comisariato, que permitía que una empresa paralizada, el gobierno la podía intervenir. Ello llevaba a que una minoría de trabajadores se tomaba la empresa, con lo cual se paralizaba y con ello la intervenía el gobierno.
  • Se generó un cambio profundo en la relación de precios; por ejemplo, la arena llegó a tener un precio similar al del cemento. La industria cementera estaba intervenida en cambio la arena era producida en su mayoría por pequeños productores que la tenían que vender por encima de su costo de generación, como es lo normal en un sistema productivo competitivo.
  • Muchas personas se quedaban la noche entera esperando que se abrieran los supermercados, para adquirir productos a precios fijados, que rápidamente se agotaban, para después vendernos en el mercado negro. Recuerdo haber vivido en la Comuna de Las Condes, cerca de un supermercado de ALMAC; se oían en las noches las fiestas que tenían donde hacían fogatas que desde lejos se veían sus iluminaciones, en la espera de su abertura.
  • Algunos privilegiados del régimen recibían información donde iban a llegar productos escasos con precios fijados, se formaban colas en eso locales, antes de que estos se abrieran.
  • Recuerdo que tuve un problema con una vieja citroneta porque me falló la batería por antigüedad. Me informaron que lo que podía hacer era ir a comprarla directamente en una fábrica intervenida que estaba cerca del Estadio Nacional. Así lo hice, yendo con ropa bastante antigua y sencilla. Al llegar a la fábrica informé a lo que venía; me señalaron que fuera directamente a la oficina del interventor. Así lo hice. Recuerdo que, al yo entrar, él tenía una pistola encima de su escrito, la que rápidamente guardó. Le expliqué a qué lo que venía; me preguntó si tenía ahí el vehículo, a lo que le dije que sí. Él mando a verla y después de ello autorizó la venta y me la instalaron. Desde luego su precio era bajo.
  • Un tema que se hizo muy presente en la sociedad, era el temor al desabastecimiento futuro. Por ello uno trataba siempre de comprar más para asegurarlo. Se sufría cuando uno veía bajar algo de su stock. Llegué a tener una pieza casi llena de diferentes productos. Por ahí, hasta conseguí un saco de harina. Supe de una fábrica ubicada en Cerrillos que ofrecía detergente por saco; fui a ella y compré uno.
  • Yo trabajaba en CORFO y mi esposa era funcionaria local de una organización de Naciones Unidas. En ambos servicios nos entregaban mensualmente una bolsa similar de productos para todos los funcionarios; lo que motivaba intercambio de componentes de acuerdo a las necesidades de cada familia. Esto generaba dos canales de abastecimiento, uno institucional de composición fija a precios oficiales y el otro canal tradicional de mercado ya sea negro o bien de características normales para algunos productos. La inquietud por el futuro era intensa. Un compañero de trabajo de la CORFO decidió irse al extranjero al ser padre y temer que a futuro no tuviera leche para su hijo.
  • En el caso de la bencina, ésta empezó a racionarse, a base de volumen limitado de venta. Inmediatamente uno iba a adquirir el límite establecido. Y empezamos a acumular en la casa en bidones plásticos; chupábamos bencina del estanque de los autos para así dejarlos con capacidad para recibir la cuota máxima establecido. Llegamos a tener en casa varios bidones llenos.
  • Se menciona en algunos escritos, que el comercio también acumulaba productos, restringiendo sus ventas.
  • Un tema muy delicado era la toma de predios agrícolas, quedando en algunos casos hasta la familia como rehenes.

 

Para el Golpe Militar yo era funcionario de la Corporación de Fomento de la Producción, en el cargo de Director del Departamento de Inversiones Extranjera junto a ese cargo era Secretario del Comité de Inversiones Extranjeras, como lo había sido por tradición. Se sabía que yo no era de la Unidad Popular como sucedía con muchos funcionarios de CORFO. Muchas veces tuve contactos con ministros y otros altos funcionarios y los del régimen los trataban de “compañero ministro” y en las comunicaciones escritas debajo de la firma venía después antes del nombre y apellido del remitente, la expresión Co, que significaba “compañero”.

Yo no era militante político, pero cercano a la ideología demócrata cristiana. Había sido Gerente Agrícola de CORFO, cargo que se podía considerar de confianza política. En el Gobierno del Presidente Frei Montalva hubo muchos cargos de confianza política que los desempeñaban independientes.

Recuerdo que tuvimos en CORFO durante el gobierno de Allende, un par de paros políticos a los que adherí previa entrega de mi renuncia al Gerente de Promoción Financiera, de quien dependía mi departamento. Él era militante radical.

En una oportunidad de una reunión del Comité de Inversiones Extranjeras, el Presidente del Comité, el Ministro de Economía José Cademártori pidió que me quedara para conversar conmigo. Él sabía que yo era ingeniero comercial y me conocía como economista agrario. Después de ofrecerme participar en unas negociaciones externa en el tema de inversiones extranjeras, le señalé que yo no era militante de izquierda. Después de ello me solicitó asesoría en el tema de comercialización agrícola, especialmente de alimentos. Me ofrecí a ello y posteriormente fueron unos profesionales de gobierno a conversar conmigo. Realmente en el Ministerio de Economía había seria preocupación por el abastecimiento de alimentos asociado a una alta inflación y a la existencia del mercado negro.

Una de mis especialidades había sido la Economía Agrícola siendo profesor de la catedra de ese nombre en la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad de Chile, donde me desempeñé por 20 años, hasta que los economistas de Chicago que llegaron a hacerse cargo de la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, los eliminaron la cátedra con el argumento de que la economía era una sola; no se justificaban las economías sectoriales.

En la CORFO, en parte de ese período, fui presidente de los ingenieros de la Corporación y pude captar una especie de interés de acercarse a la Democracia Cristiana, seguramente pensando en que yo era militante de este partido.

Mi impresión fue que el partido comunista quería buscar una salida política a través de la DC. Al parecer hay otros antecedentes que corroborarían ese interés.

Estimación personal fue que en alrededor de marzo de 1973 se podría haber acordado una salida violenta, tratando de penetrar en las fuerzas armadas.

Supimos por compañeros de trabajo, más bien del Partido Radical, venían tiempos muy difíciles y lo que se hacía suponer que se llegaría a la vía violenta. Al parecer no eran partidarios de ese camino el Partido Radical, el Partido Comunista y una facción del Mapu. Se habló en ciertos círculos del llamado Plan Z. Me consta que en el sector militar se habría temido ello.

Pero después del Golpe Militar, el partido más afectado fue el Comunista.

  • El uso de la CORFO para estatizar motivó que en el sector empresarial se reaccionara contra ella, procurando reducir sus funciones. Fui invitado el 18 de septiembre de 1973 a la casa de un importante empresario que muy bien conocía a la institución. Estaban solamente civiles empresarios y altos ejecutivos anteriores de CORFO. La posición que ahí se dio fue bastante unánime en que se debía limitar sus funciones a futuro. Hubo dos posiciones, una que quedara de inmediato como estaba para después limitarla y la otra era modificarla de inmediato. Ganó la primera posición. Y allí, solo por civiles, se definió quiénes debían hacerse cargo de cada uno de esos puestos principales. Yo tuve mucha influencia en quienes se designaron, incluso tuve éxito en rechazar una designación propuesta.
  • Si mal no lo recuerdo, el 27 de septiembre nos llama el Vicepresidente Adjunto de la CORFO, alto oficial de la Marina, y nos comunica las designaciones que fueron exactamente las que se propusieron por el sector privado el 18 de septiembre. Yo quedé a cargo de una de las cuatro subgerencias generales adjuntas, en la de Industria de Consumo Corriente.
  • El trabajo en CORFO con el Gobierno Militar en su inicio fue bastante positivo, tuvo una importante participación el ingeniero civil Mario Sarquís Yasigi hasta que asumió Francisco Sosa Cousiño. Sarquis tenía buenos contactos con militares al parecer porque había seguido un curso habitual de alto mando militar en que invitaban a algunos civiles. Apenas Sosa Cousiño asumió, al primero que le pidió la renuncia, fue a mí; se dice que venía con ese encargo especial. Entiendo que pidió que no se me dañara en mis derechos; ello fue así. A muchos se les pidió la renuncia después; al parecer traía el encargo de debilitarla institución. Lo sucedido se habría hecho por decisión de los economistas de Chicago.
  • Con el Gobierno Militar, CORFO perdió la característica que siempre tuvo en el pasado, desde su creación en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. Institución más del Estado que del gobierno de turno, especialmente gracias a su Consejo superior de amplia representación nacional. Una importante tarea de CORFO desde sus inicios era la de la planificación del desarrollo nacional.

Termino señalando que en mi opinión sería muy necesario volver a tener la CORFO del pasado. Lamentablemente ello es muy difícil de que se produzca. Por Dios que hace falta restablecer un sistema nacional de planificación indicativa, que se inicie con un profundo diagnostico de la realidad de Chile, de sus grandes problemas, de las causas de ellos, actuales y remotas y de apreciar a donde llegaran los problemas existentes si no se toman medidas correccionales. El desempleo y el empleo informal cada día parece agravarse más.

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